‘Manhunt: Unabomber’, el terror soy yo

La miniserie de Discovery es una de las revelaciones del año

Toni Garcia Ramon
Fuera de Series
6 min readSep 5, 2017

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Paul Bettanu y Sam Worthington son los protagonistas de ‘Manhunt: Unabomber’. (Fuente: Discovery)

El 19 de abril de 1995, Timothy Mc Veigh, un ex soldado de Nueva York, aparcó una furgoneta cargada con 1.800 kilos de nitrato de amonio delante de un edificio federal de Oklahoma. La explosión posterior destruyó parte del complejo (incluyendo una guardería) y mató a 168 personas. McVeigh, un ultraderechista que pretendía así vengar lo que él consideraba una actitud criminal del gobierno de su país, fue capturado pocos días después y ejecutado en 2001.

Su nombre ha pasado a formar parte de la infame lista de terroristas locales junto a tipos como Dylan Roof o Wade Michael Page. Sin embargo, ni siquiera ellos, tristemente célebres, pueden resistir en el imaginario estadounidense la comparación con Theodore Kaczynski, más conocido como Unabomber.

Desde 1978 a 1995 (con una pausa de 6 años, entre 1987 y 1993), Theodore ‘Ted’ Kaczynski, un graduado de Harvard con fama de solitario y que llevaba una vida ‘aburrida’, según aquellos que afirmaban conocerle, envió bombas a universidades y compañías aéreas, provocando tres muertos y un sinfín de daños materiales. Kaczynski, que había abandonado una fértil actividad académica y que estaba considerado un genio de las matemáticas, lo dejó todo para irse (en 1971) a una pequeña cabaña en los bosques de Montana. Su obsesión era aprender todo lo necesario para sobrevivir a un mundo que consideraba hostil.

Siete años después, convencido de que el planeta no sobreviviría al advenimiento de la tecnología y horrorizado por la rápida destrucción del entorno natural que rodeaba su refugio, empezó una campaña terrorista que duraría casi dos décadas y que le convertiría en el hombre más buscado de América, provocando que el FBI destinara más recursos a su captura que los nunca antes utilizados para ninguna otra misión en la historia de la institución.

Manhunt: Unabomber relata todo lo dicho y unas cuantas cosas más, y lo hace huyendo del tratamiento paternalista y ‘popular’ que se le podría suponer a una serie de un productor tan atípico como Discovery Channel. Sin miedo a resultar molesta, Manhunt presenta a Kaczynski como un hombre consumido por su propio intelecto, un sociópata agarrado al extremismo más atroz y que –sin embargo- es un sujeto fascinante en cuanto a su capacidad para exponer lo que él consideraba un apocalipsis a cámara lenta.

No deja de ser curioso que esta serie llegue en un momento en que filósofos como Dan Dennet (poco sospechoso de cultivar ninguna clase de fobia) hablan de lo que Unabomber exponía en su famoso manifiesto: la sociedad industrial y su futuro.

Este texto, con momentos de brillantez indiscutible (el que quiera saber más del tema puede hacerse con el magnífico Technological slavery, que recopila los textos sobre tecnología de Kaczynsnki comentados por el profesor de filosofía, David Skrbina) resume con precisión la base del pensamiento de Unabomber, aterrado por la esclavitud que suponía la sustitución antinatural del obrero y la destrucción del tejido industrial clásico a manos de las máquinas.

Kaczynski, un contrarrevolucionario de corte radical, consideraba que la violencia era justificable cuando el enemigo era tan abrumadoramente superior. Tampoco esperaba iniciar ninguna guerra, o sumar adeptos a su causa: su vocación de soldado solitario fue uno de los grandes impedimentos para que las autoridades dieran con él. Unabomber no formaba parte de ninguna célula; él era la célula.

Sam Worthington y Kesha Castle-Hughes, los agentes que persiguen a Unabomer. (Fuente: Discovery)

Manhunt encara al personaje con la determinación del que no tiene nada que perder (algo así como la HBO de finales de los 90) y con la ayuda de un actor que pone toda la carne en el asador: Paul Bettany. Bettany, un intérprete magnífico pero metido hasta ahora en toda clase de pequeñeces (si obviamos la excelente Master and commander), se toma aquí merecida venganza con un puñetazo en la mesa de esos que deberían ser recordados. Su Kaczynski es brutal: medido, pausado, perfecto. Sus escenas con Sam Worthington (otra sorpresa de la serie) son de una intensidad que recuerda a la de John Carrol Lynch en Zodiac, una película de David Fincher que guarda no pocas similitudes conceptuales y narrativas con Manhunt.

La serie muestra también sin tapujos como el FBI reventó su propio libro de estilo y (como acostumbra a pasar) pisoteó las libertades civiles para construir la ratonera que acabó atrapando al terrorista.

Kaczynski obligó, so pena de enviar más bombas, a dos titanes del periodismo mundial como el New York Times y el Washington Post a publicar su manifiesto (ambos rotativos accedieron a petición del FBI) y su mensaje llegó así a las cuatro esquinas de los Estados Unidos, donde aún permanece. Se han editado un buen número de libros sobre el personaje, algunos con ánimo autobiográfico y/o enciclopédico, otros auténticos tratados filosóficos, y los menos tratando de aclarar si estamos ante un anarquista, un tipo de derechas (su manifiesto está trufado de reproches a ‘la complicidad de la izquierda’ y no son pocos los gurús de la extrema derecha americana que le profesan simpatía) o un izquierdista harto de las dobleces de una ideología que siempre parece tener más dudas que certezas.

Mark Duplass y Paul Bettany, en una imagen de ‘Manhunt: Unabomber’. (Fuente: Movistar+)

Manhunt, con un diseño de producción y un reparto pergeñados con cartabón, debería estar en esa lista de series que trascienden su año de producción, su género y hasta su target, pero en un universo de seres apocados a las presuntas obras maestras, será complicado que llegue a adquirir el estatus de cualquiera de esas naderías que sirven Netflix o Showtime; productos al peso, volcadas encima de la audiencia como si se tratara de chocolate caliente. Tampoco es fácil que la generalidad se enamore de una serie con hombreras de documental que estudia la figura de un hombre que no dudó en asesinar a otros en nombre de sus miedos.

Si algo queda claro, es que la sombra de Ted Kaczynski, su legado, es algo más que humo y fuego, y eso es -de algún modo- lo peor de todo. Un hombre de inteligencia privilegiada, muchas de cuyas reflexiones no dejan de ser certeras, pasado al lado oscuro y capaz en solitario de esquivar durante 20 años al país más poderoso del mundo. Bill Joy, el fundador de Sun Macrosystems, solía contar que le gustaba pasar citas del manifiesto a sus amigos y colegas de Silicon Valley, y cuando estos asentían, sonreían y afirmaban con la cabeza, les decía: “lo ha escrito Unabomber”. El resto, a imaginación del lector.

‘Manhunt: Unabomber’ se verá en España en Discovery, aunque aún no hay fecha de estreno.

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