Crítica: ‘Modern family’ tiene un final previsible, pero es lo que queríamos ver

La serie apuesta sobre seguro en el cierre de sus once temporadas

Maritxu Olazabal
Fuera de Series
3 min readApr 30, 2020

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(Fuente: ABC)

Esta crítica se ha escrito tras ver el último episodio de ‘Modern Family’ y contiene spoilers.

Once temporadas. Se dice pronto, pero ya ha llegado a su final. Modern Family, la comedia ganadora de 13 Emmy, se ha despedido por fin de todos sus espectadores en FOX con un episodio doble previsible, pero confortable. Pese a que ha habido momentos de excepción, lo cierto es que la última temporada no ha sido especialmente brillante y, sin embargo, de lo que sí hemos tenido oportunidad es de decir adiós con calma. La serie se ha tomado su final como un mensaje a dar durante los 18 episodios de este año y la verdad es que le ha sentado bien.

Nunca ha sido esta serie una propuesta de grandes tramas sino que su especialidad eran las situaciones de enredos que permitían pequeños avances, pero en las últimas semanas hemos podido ver cambios de trabajo, nuevas llegadas a la familia, mucha madurez y, en general, poner en orden esa vida que llevamos viendo más de una década.

(Fuente: ABC)

De hecho, al llegar al episodio doble con el que se han despedido ya estaba casi todo dicho; quedaba plantar la última semilla que forzara una despedida y poco más. Ellos mismos han hecho bromas al respecto, haciendo que se repitiera ese último abrazo hasta la caricatura y dando así margen de maniobra para ver pequeños apartes de algunas de las parejas cómicas de este tiempo. Resulta un poco flojo si lo valoramos bajo el foco de la innovación o genialidad, pero reconfortante.

Y es que Modern Family ha sabido siempre hacer sketches muy resultones con los que hemos reído mucho, pero su mayor apuesta en este tramo ha sido por el manejo de los sentimientos para emocionar: una voz en off de alguno de ellos, música tierna y contemplar un par de abrazos en los que se nos mostrara que la familia es lo mejor que se puede tener. Todos nos sabíamos manipulados, pero funcionaba, porque en eso eran los mejores.

Con lo visto ayer se cierra un ciclo y ahora somos todos un poco Jay Pritchett viendo que sus hijos ya son mayores y tienen su propia vida: los niños han dejado de serlo y otra generación llega detrás. Es una jugada esperable que llevaba tiempo cociéndose, pero es lo que nos han dado todos estos años y lo que queríamos ver.

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