Sex and the Series

Si salías en ‘Twin Peaks’, me ponías

A la tercera temporada de la serie de David Lynch se le olvidó algo muy importante: SER SEXY

Alberto Rey
Fuera de Series

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Sherilynn Fenn y Kyle McLachlan, en ‘Twin Peaks’. (Fuente: ABC)

Terminó la tercera y delirante temporada de Twin Peaks y Michael Ontkean no había salido en ningún momento. Que el sheriff Truman de la serie de los 90 no aparecería en la descolgada (y delirante) tercera entrega de la serie de David Lynch ya se sabía, pero quién se fía de Twin Peaks y quién se fía de David Lynch. Joan Chen tampoco volvió.

Los espectadores de 2017 nos quedábamos pues sin la pareja mítica y perfecta formada por el sheriff Truman y la frágil viuda Josie, centro de la trama de nivel 2 (y en Twin Peaks hay al menos tres niveles) y una de las cumbres de la belleza en una pantalla. Harry y Josie eran una de esas parejas destinadas a existir sólo para el puro goce estético de los demás. Por suerte (o por desgracia) David Lynch, siempre tan reacio a explorar visualmente y de manera sana la sexualidad de sus personajes, los mantuvo como ideal romántico más que como bomba sexual. A mí me dio igual. “Harrijosie” siempre me dio para paja.

Aunque tampoco tenía aquello mucho mérito: a un adolescente casi todo le da p.p. y en Twin Peaks casi todo daba p.p. Pero aquí hemos venido a jugar y en el juego de los primeros recuerdos sexuales no valen generalizaciones ni vaguedades. Éste es un juego de momentos específicos: Audrey Horne (Sherilyn Fenn) poniéndose tacones para entrar en el instituto, Audrey Horne contoneándose ante una convención de ejecutivos en el hotel de su padre, Audrey Horne anudando con la lengua el rabo de una cereza para mostrarle a la madame Blackie que vale para puta, Audrey Horne haciendo cualquier cosa, Audrey Horne en cualquier momento, Sherilyn Fenn en cualquier situación.

Claro que esta baza me la habéis visto, porque es también la vuestra: Audrey y su nudo bucal es una de las sexy-secuencias más recordadas de la televisión de todos los tiempos. Es un momento divino y guarro, sucio y elegante. Y huele a Hollywood clásico. Así que tendré que ir un poco más allá y, ejem, mojarme más: Bobby (Dana Ashbrook) liándose con Shelly (Mädchen Amick) ante la catatónica mirada del marido de ella, el camionero Leo (Eric DaRe). Eso era el cartero llamando dos veces… por tercera vez. No me preocupa que no pilles esta última y pedante referencia; me preocupa que puedas reconocer a Eric DaRe ahora. Eso indicaría que tu catálogo de referentes sexuales es un poco macabro. Oh, wait

Contaba el otro día en este podcast que muchas de mis elecciones románt… SEXUALES han estado fuertemente influenciadas por Twin Peaks: Leo, Josie, Truman, Audrey, Leo otra vez, Shelly, Shelly otra vez, Leo OTRA VEZ… ¿Hay un reparto más atractivo que el de las primeras dos temporadas de Twin Peaks? No me culpéis por buscar en la realidad lo que me marcó en la ficción.

Cuando, casi tres décadas después, muchos de aquellos actores volvieron a ponerse a las órdenes de David Lynch en una última (y delirante, ¿lo he dicho ya?) temporada, yo rabié porque de mi top 5 de mitos sexuales originales sólo quedaban dos. Ni Harry S. Truman, ni Josie Packard ni Leo Johnson volvieron para revalidar sus títulos. A cambio, Lynch me daba a Amanda Seyfried y a Balthazar Getty. Menudo cambalache de mierda. Nunca me he sentido más timado, jamás tan sexualmente desatendido por una serie. En un universo paralelo y mejor, el sheriff Truman y Josie follan salvajemente mientras un Leo para nada (PARA NADA) vegetativo pide pista. David, qué te costaba darme eso. Darme p.p.

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Alberto Rey
Fuera de Series

Redactor Guest Starring, Fuera de Series | @albertoenserie