‘Tatort’, el procedimental más longevo de la historia

El “krimi” alemán por excelencia lleva 45 años en antena

Lorenzo Mejino
Fuera de Series
4 min readMar 30, 2017

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En el campo de los procedimentales, siempre se tiene que hablar de la verdadera institución mundial del género, el alemán Tatort, que con más de cuarenta y cinco años en antena, y más de 1.000 episodios emitidos, se ha convertido en el “krimi” por excelencia, y sigue dominando las audiencias del país teutón como si fuera el primer día, con una resistencia televisiva nunca vista.

A continuación os vamos a explicar un poco las historias y las características de una serie que se ha emitido en nuestro país con el nombre de El lugar del crimen pero de forma esporádica, porque si ocuparan nuestras sobremesas sabatinas y dominicales, en lugar de los saldos alemanes con que nos masacran, tendríamos episodios para diez años seguidos sin repetir ninguno.

Los protagonistas de la “sucursal” de ‘Tatort’ en Dortmund.

Tatort, estrenada en 1970, tiene como característica principal la descentralización total de su producción, que recae en las emisoras regionales de los lander alemanes a partir de unas premisas básicas que deben cumplir los episodios de la franquicia.

De esta forma, cada región (Baviera, Hamburgo, Berlín, Sajonia, etc.) tiene su propio equipo de investigadores (que se van renovando) y produce sus episodios de forma independiente en su zona de influencia, sin interferencias con el resto de regiones, excepto una ligera coordinación general de la primera cadena alemana, ARD (ahora Das Erste), que se encarga de la emisión global para todo el país.

A la fiesta también se han unido las televisiones austriaca y suiza-alemana con sus propios equipos, para abarcar todas las regiones de lengua alemana en forma de dos o tres episodios anuales por región cada año, hasta completar unos treinta episodios, emitidos siempre de forma religiosa los domingos a las 8:15 de la noche, después del telediario.

Las características de Tatort fueron definidas por su creador, Gunther Witte, y consisten en ser un procedimental criminal de 90 minutos de duración con una trama verosímil y creíble, con un equipo fijo de investigadores por región y que investigan el caso ( generalmente, un asesinato) de una forma muy cartesiana y racional, sin engañar ni hacer trampas al espectador desde su primer episodio Taxi nach Leipzig.

Los aspectos psicológicos, tanto de los perpetradores como de los investigadores, son importantes y deben ser desarrollados para explicar con claridad los motivos del delito, huyendo de responder únicamente a la pregunta de “Quién lo hizo” , para profundizar en las consecuencias del crimen de todos los implicados.

La fórmula se mantiene infalible desde el año 1970 y sigue tan vigente como siempre ya que, por ejemplo, el año pasado, veinte de los 25 episodios más vistos de series en Alemania eran de Tatort. El número 1 correspondió al episodio 1.000, titulado también Taxi nach Leipzig (Taxi a Leipzig), que era un remake del primer capítulo emitido en 1970.

Yo he vivido algún tiempo en Alemania y os puedo asegurar que, los domingos por la noche en que se emitía Tatort, el país se paralizaba. Como seguramente habéis podido comprobar si habéis estado de viaje por allí, la devoción de los alemanes por su Tatort es sólo comparable a la que tienen por la selección de fútbol.

La serie, además, ha sido una impresionante cantera de actores (Christoph Waltz, Bruno Ganz, Daniel Brühl, etc.) y directores alemanes (Wolfgang Petersen, Margerete von Trotta, etc.), que en un momento u otro de su carrera han trabajado en algún episodio de la serie.

Tatort es un procedimental clásico que le da al público alemán lo que espera y desea ver, con bastante mejor calidad que muchas de las series más recientes (Alerta Cobra, Einstein, Hamburgo 112) que nos han llegado por aquí, y que jamas han conseguido acercarse ni al prestigio, ni a la solvencia, de un episodio de Tatort.

Podéis encontrarme en Twitter (@lmejino) y en mi blog en El Diario de Vasco.

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