Crítica: ‘Vikingos’ 6x03— ‘Fantasmas, dioses y perros’
Vendettas entre hermanos, peligros al acecho y un rescate frustrado
En este tercer episodio de Vikingos varios personajes descubren que nada es lo que parece. Ivar empieza a ver donde residen los supuestos poderes de Oleg, Lagertha sufre un revés de realidad sobre la situación y la época que vive, Bjorn descubre que el agua no siempre es tan clara como aparenta y Hvitserk apenas distingue lo que es real de lo que no… había que andarse con mucho cuidado en el siglo X y no dar nada por sentado.
Al Rey Bjorn se le complica mucho la liberación de su amigo. No fue capaz de descubrir que esos presuntos emisarios de Harald no eran más que un anzuelo servido por el Rey Olaf, y lo muerde sin remedio junto a Kjetill “Narizchata”, de manera las huestes del orondo monarca los esperan con los brazos abiertos. De primeras, la estrategia de entrar por las heladas aguas noruegas no parece un gran plan, pero se convierte en grave error al caer en la ingeniosa trampa que les habían preparado sus enemigos.
Pero el traspiés en la batalla no es lo único a lo que se enfrenta Bjorn en este episodio; Ingrid ya le ha desvelado sin tapujos sus intenciones al Rey de Kattegat y no contenta con eso le ofrece más que suerte y fortuna si rompe su lealtad matrimonial a Gunhild. Veremos si es fortuna lo que encuentra esta esclava cuando la reina descubra que ha conseguido que su marido caiga en la tentación.
A Ubbe lo hemos visto demostrar sus dotes como gobernante en el trono de Kattegat y, aunque se muestra cercano a su pueblo, también se atreve a poner sus ojos tan lejos que desata una carcajada entre sus súbditos. Nada más y nada menos que hasta China querría llegar el hijo de Ragnar a través de la ruta de la seda, el problema es que a quién ha escogido para liderar esa expedición quizá no está en tales condiciones.
Hvitserk sigue en su particular caída a los infiernos en compañía del fantasma de Thora. Aunque Gunhild y Amma intentan mostrarle su apoyo, la visión de Ivar le evita todo consuelo. Quizá esto le lleve por el camino de la clarividencia y se convierta en el nuevo oráculo. ¿Por qué no?
Cuando Lagertha pensó en su retiro espiritual, estoy seguro que no creyó que tendría que desenterrar tan pronto su espada de guerrera. La posibilidad de un matriarcado liderado por ella se confirma cuando las pobres viudas asaltadas y violadas por los repudiados Skorgarmors, acuden a ella para poder sobrevivir. En los próximos episodios veremos como la madre de Bjorn los guía en el campo de batalla y fuera de él.
Mientras, en la otra punta de Europa, Ivar comienza a impacientarse respecto a su regreso a Kattegat y no duda en preguntar a su nuevo amigo Oleg, pero el príncipe tiene otros planes más urgentes en relación con su hermano Dier y la lucha por la corona. Lo que más llama la atención de toda esta trama es la cara de asombro (una mezcla de estupor y fascinación) que no consigue quitarse Ivar en todo el episodio después de ver lo que Oleg le hace a su hermano. A pesar de todo, descubre es que el verdadero poder del príncipe ruso reside en su inteligencia y su barbarie más que en sus sueños.
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