Decálogo para disfrutar de fiestas patronales

Guillermo Peris
Fuga de pensamientos
3 min readJun 25, 2016

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  1. Bebe mucho alcohol. Bebe hasta que sientas que no controlas tus extremidades, que te desplomas en mitad de la calle y quedas inconsciente. No te preocupes por tu salud: es sólo una semana y nadie se ha muerto por eso. Además, el estado de embriaguez facilitará el seguimiento del resto de puntos del decálogo.
  2. Haz mucho ruido. Empieza con las técnicas que han demostrado mayor efectividad: gritos en la calle, música a todo trapo con altavoces de elevada potencia apuntando al exterior, muchos petardos (esto es imprescindible), uso extensivo de la bocina del coche, llamadas a timbres de vecinos… A partir de ahí, siempre puedes innovar para así poder molestar más y ganar la admiración de tus amigos: ¿te has planteado alguna vez explorar los sonidos de señales de tráfico y contenedores de basura?
  3. Ignora las normas. Ya sabes que durante las fiestas se abolen las reglas habituales, así que conduce por dirección prohibida, aparca obstaculizando el paso a otros vehículos, cierra las calles con vallas para que los vecinos no puedan acceder a sus aparcamientos…
  4. Tortura animales. Descarga adrenalina arriesgando tu vida pasando tu cuerpo a centímetros de los cuernos de un toro o vaquilla. Además, es sabido que estos animales no experimentan ningún dolor ni estrés, por lo que puedes pincharlos con instrumentos afilados y ver cómo consigues que sangren, o disfrutar viendo cómo se queman unas bolas de fuego cerca de sus ojos. Y todo con la satisfacción de saber que evitas la extinción de un animal.
  5. Sigue bebiendo. Más. No pares.
  6. Abandona cualquier indicio de urbanidad. Deja rastros de comida, vasos o botellas abandonados en cualquier lugar de la calle, lejos de papeleras y contenedores. Orina en cualquier pared o, mejor aún, busca la intimidad de algún portal cercano. Si eres hombre, métele mano a cualquier mujer (amiga o no) que tengas cerca; seguro que te lo agradecen.
  7. Ignora las críticas de los vecinos. Te dirán cosas como que no pueden dormir y trabajan al día siguiente, que están hartos de estar envueltos en ruido todo el día y de limpiar los orines del portal. Deberían entender que sólo es una semana y tener más paciencia.
  8. Lleva a tus hijos contigo. Hazles partícipes de estos actos culturales que llevan tantos años celebrándose y que forman parte de las raíces de tu pueblo. Ellos son los responsables de mantener estas tradiciones para las futuras generaciones. Para ello, llévales a ver cómo se sacrifica un toro, enséñales a estallar cohetes en objetos que amplifiquen el sonido de la explosión (latas de refrescos, por ejemplo) y sé un modelo de comportamiento para ellos lanzando basura al suelo y bebiendo como un cosaco.
  9. Evita cualquier acto cultural. Los ayuntamientos se empeñan en programar obras de teatro, desfiles y exposiciones que lo único que consiguen es desviar fondos que deberían dedicarse a comprar toros. Puedes acudir a alguna verbena popular, pero sólo si vas completamente borracho.
  10. ¿Has dejado de beber? No te distraigas por las recomendaciones anteriores. Sigue bebiendo.

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Guillermo Peris
Fuga de pensamientos

Aprendiendo a divulgar ciencia y desmontar pseudociencias. A veces escribo cuentos. Y a veces bailo. Cientifista (eso me dicen).