Decálogo para disfrutar de fiestas patronales
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3 min readJun 25, 2016
- Bebe mucho alcohol. Bebe hasta que sientas que no controlas tus extremidades, que te desplomas en mitad de la calle y quedas inconsciente. No te preocupes por tu salud: es sólo una semana y nadie se ha muerto por eso. Además, el estado de embriaguez facilitará el seguimiento del resto de puntos del decálogo.
- Haz mucho ruido. Empieza con las técnicas que han demostrado mayor efectividad: gritos en la calle, música a todo trapo con altavoces de elevada potencia apuntando al exterior, muchos petardos (esto es imprescindible), uso extensivo de la bocina del coche, llamadas a timbres de vecinos… A partir de ahí, siempre puedes innovar para así poder molestar más y ganar la admiración de tus amigos: ¿te has planteado alguna vez explorar los sonidos de señales de tráfico y contenedores de basura?
- Ignora las normas. Ya sabes que durante las fiestas se abolen las reglas habituales, así que conduce por dirección prohibida, aparca obstaculizando el paso a otros vehículos, cierra las calles con vallas para que los vecinos no puedan acceder a sus aparcamientos…
- Tortura animales. Descarga adrenalina arriesgando tu vida pasando tu cuerpo a centímetros de los cuernos de un toro o vaquilla. Además, es sabido que estos animales no experimentan ningún dolor ni estrés, por lo que puedes pincharlos con instrumentos afilados y ver cómo consigues que sangren, o disfrutar viendo cómo se queman unas bolas de fuego cerca de sus ojos. Y todo con la satisfacción de saber que evitas la extinción de un animal.
- Sigue bebiendo. Más. No pares.
- Abandona cualquier indicio de urbanidad. Deja rastros de comida, vasos o botellas abandonados en cualquier lugar de la calle, lejos de papeleras y contenedores. Orina en cualquier pared o, mejor aún, busca la intimidad de algún portal cercano. Si eres hombre, métele mano a cualquier mujer (amiga o no) que tengas cerca; seguro que te lo agradecen.
- Ignora las críticas de los vecinos. Te dirán cosas como que no pueden dormir y trabajan al día siguiente, que están hartos de estar envueltos en ruido todo el día y de limpiar los orines del portal. Deberían entender que sólo es una semana y tener más paciencia.
- Lleva a tus hijos contigo. Hazles partícipes de estos actos culturales que llevan tantos años celebrándose y que forman parte de las raíces de tu pueblo. Ellos son los responsables de mantener estas tradiciones para las futuras generaciones. Para ello, llévales a ver cómo se sacrifica un toro, enséñales a estallar cohetes en objetos que amplifiquen el sonido de la explosión (latas de refrescos, por ejemplo) y sé un modelo de comportamiento para ellos lanzando basura al suelo y bebiendo como un cosaco.
- Evita cualquier acto cultural. Los ayuntamientos se empeñan en programar obras de teatro, desfiles y exposiciones que lo único que consiguen es desviar fondos que deberían dedicarse a comprar toros. Puedes acudir a alguna verbena popular, pero sólo si vas completamente borracho.
- ¿Has dejado de beber? No te distraigas por las recomendaciones anteriores. Sigue bebiendo.
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