La infinitud de las tres y una decepciones

Guillermo Peris
Fuga de pensamientos
2 min readMar 20, 2017

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No es la primera vez que te enfrentas a una situación similar, con los años has aprendido a reconocerla. Incluso has desarrollado la extraña habilidad de prever su llegada a partir de pequeños detalles, insignificantes para los demás, pero evidentes para ti. No obstante, ese aprendizaje ha resultado estéril: sigues adelante, aún conociendo en tu subconsciente las consecuencias. Inicias el camino que te lleva al acantilado, y lo haces feliz, extasiado, embelesado por el dulzor de la bruma que te rodea. El error de emprender semiconsciente ese camino hacia el abismo, autoengañándote, es la primera decepción.

Y en ese caminar errático empiezas a repetir las equivocaciones del pasado. Al principio no les das importancia, crees que puedes controlarlas, pero no es así. Porque cometer esos errores, en el fondo, es lo que te define, ellos son tu esencia, la soga que aprieta tu garganta poco a poco, día a día, y que cuando miras tu reflejo en el espejo comprendes que son tus propias manos. Y ahora escapar de ti mismo se convierte en tu principal lucha, pero cuanto mayores son los esfuerzos por zafarte de la presión, más se cierra el nudo —dedos— en torno a tu cuello. No puedes huir de quien eres, dejar de actuar de forma incorrecta. Y los errores se acumulan mientras que, allá a lo lejos, empieza a vislumbrarse el final. Segunda decepción.

Y cuando el fracaso estalla y te parte en dos, empieza el lento proceso de recomposición interior, la lucha por la recuperación de la estabilidad, la paz mental, un estado de serenidad del que —al menos eso crees— disfruta todo el mundo menos tú. Y tras esa lucha íntima y solitaria —otra, otra más— , muchas noches sin dormir e infinitos paseos al lado del mar, te encuentras a ti mismo —esa frase millones de veces repetida y sin sentido alguno—. Y crees que has aprendido la lección, que no te va a volver a ocurrir. Pero sí, ocurre. Infinitas veces. Y esa es la tercera decepción.

Porque, tarde o temprano, todo vuelve a empezar. Y es que, en el fondo, nadie nos decepciona como lo hacemos nosotros mismos.

Este relato participa en la convocatoria de @divagacionistas sobre #relatosDecepción de marzo 2017.

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Guillermo Peris
Fuga de pensamientos

Aprendiendo a divulgar ciencia y desmontar pseudociencias. A veces escribo cuentos. Y a veces bailo. Cientifista (eso me dicen).