Anarquismo: la conexión feminista.
En el Anarquismo: la conexión feminista, Peggy Kornegger vislumbra cómo el feminismo es un movimiento que en su insconciente tiene raíces anarquistas, la forma en que se mueve y organiza las mujeres sigue los principios libertarios, pues las mujeres organizadas tienen las claves para los nuevos conceptos de revolución y la encarnación de esa revolución no representan la toma del poder o la dominación de un grupo sobre otro, pues es la dominación misma la que tiene que ser abolida. Sin embargo es necesario estar concientes de las conexiones entre anarquismo y feminismo para proyectar ideas y acciones efectivas para lograr la transformación total.
Puntos que unen el feminismo con el anarquismo
Según Kornegger el feminismo radical plantea en sus tesis fundamentales que la familia nuclear es el pilar de todo sistema autoritario. Cuando somos niños se nos instala que, desde el padre al profesor, pasando por el jefe y dios, nuestra función es OBEDECER la voz anónima de la autoridad sin cuestionamientos.
Las feministas estamos lidiando con un proceso de deterioro mental en el que la actitud dominante hacia el mundo exterior es lo dicho por los hombres y en el que sólo se permiten relaciones sujeto-objeto. La teoría feminista radical también critica los patrones de pensamiento jerárquico de los hombres a través de dicotomías (racionalidad vs sentimientos; niño vs adulto; trabajo vs juego) que nos enajenaron de la experiencia mente-cuerpo como una totalidad y un continuo de la experiencia humana.
Las formas en que el patriarcado, encarnado a su vez en una sociedad autoritaria, está enraizada en nuestras mentes y relaciones, por lo que impide con frecuencia conectar el feminismo con el anarquismo. Cuando decimos que estamos combatiendo el patriarcado, no está siempre claro que eso significa combatir toda jerarquía, todo mando, todo gobierno incluso la misma idea de autoridad.
Nuestro impulso a trabajos colectivos y grupos sin líderes junto con la compresión de acciones anarquistas puede llevarnos más allá de un reformismo de soluciones provisionales hasta la confrontación revolucionaria en contra de las políticas de poder. Si queremos hacer caer el patriarcado, debemos hablar de anarquismo, saber exactamente qué es y usarlo de plataforma para transformarnos a nosotras mismas y las estructuras de nuestra vida cotidiana.
Feminismo no significa poder empresarial femenino ni una mujer presidenta; significa ausencia de poder empresarial y ausencia de presidentes. Las Enmiendas para la Igualdad de Derecho, no transforman la sociedad, sólo le dan a las mujeres el «derecho» de ingresar a una economía jerárquica.
La teoría feminista radical proclama al feminismo como la Revolución Definitiva. Esto es cierto si y sólo si reconocemos y reivindicamos nuestras raíces anarquistas. En el momento en que dejemos de ver la conexión del feminismo con el anarquismo no alcanzaremos la revolución y estaremos atrapadas en la«vieja rutina política ». Es el momento de dejar de ir a tientas en la oscuridad y ver qué hemos hecho, y hacemos, encaminadas hacia el horizonte del lugar dónde queremos finalmente estar.
«No queremos derrocar al gobierno, sino generar una situación en la que este desaparezca en la confusión».
