El Nuevo Orden está de vuelta
La banda capital de Manchester nos visita por segunda vez en Lima y Jose Gallo de Theremyn_4 nos devela una perspectiva histórica y personal…
Hablar de New Order es hablar de la consolidación popular del “man machine” propuesto por los Kraftwerk. La interacción de los instrumentos tradicionales versus las máquinas para hacer música.
Es hablar de más de 30 años de carrera. Del principio de una banda ocasionado por el final de una vida. Del mito alrededor de esa circunstancia.
Es hablar de la banda que puso en el panorama mundial a la escena musical de Manchester, una de las escenas más creativas de todos los tiempos. The Charlatans, The Fall, Chameleons, The Chemical Brothers, Autechre, Oasis y ahora ultimo Delphic o The 1975 por nombrar algunas.
Para uno es recordar los tonos del Club Terrazas en Miraflores circa 1987 y la recién estrenada “Bizarre Love Triangle” como clímax de la noche y la pregunta del cómo se podía insertar un fill de fusas en un patrón de semicorcheas en el hihat.
Es hablar del uso (invención?) de lo que yo llamo “Jumping Piano” que luego se convirtió en la marca registrada de muchas de las canciones que se bailaban en las interminables noches de “ The Haçienda “.
Y hablar de “The Haçienda” es hablar de la legendaria discoteca financiada por los New Order (gran parte de las regalías de la venta de sus discos y de Factory Records se iba en su mantenimiento) y cuna de muchas de las bandas que ahora amamos: The Stone Roses, Happy Mondays, State 808 y muchas más.
Hablar de The Haçienda es haber tenido la suerte de ser parte de esa historia dos veces. En el 2008 durante “The Haçienda Official World Tour” en una noche memorable que paso por Lima con las perfomances de Derrick May (pionero del sonido Detroit) y de Dave Haslam (DJ residente de los años bravos del club). Y en el 2009 abriendo la noche con Theremyn_4 para el mismísimo PETER HOOK que tocó un djset en una de las noches más entrañables que hayan sucedido en Lima!…(Use hearing protection!!). Es también haber visto esa noche a un amigo completamente ebrio en el backstage diciéndole en la cara a Peter Hook: “Peter I’m the best!” y Peter respondiéndole en perfecto inglés nativo “Don’t touch me you bastard!”.
Hablar de New Order es hablar de su regreso en el 2001 con “Get ready” uno de sus mejores álbumes para mi gusto y haberlo escuchado en primicia a través del programa 2001 de Helene Ramos un domingo en la noche manejando por Miraflores y haberme enamorado nuevamente de la banda.
Es hablar de las películas clave: “24 hour part people” y “Control”.
Es hablar de Peter Saville y sus diseños de portadas ahora clásicas y replicadas en polos, tazas, chompas y otro objetos. Es descubrir a través de él al Futurismo Italiano y volverte fan acérrimo de Filippo Marinetti, Umberto Boccioni y Tullio Crali e imaginar que New Order y su iconografía fueron visionados de alguna forma por Luigi Russolo y cia.
Es hablar de cómo ciertas canciones te “tocan” directamente cuando estás pasando por un momento denso en tu vida y logran cambiar la perspectiva que tienes de ti mismo:
“Hey now what you doing
Don’t go down the road to ruin
Look back at where you came from
Count to ten before you go wrong
You had the brightest future
Writing songs on your computer
But you couldn’t walk that extra mile
And now your life is running wild…”
(“Hey now what you doing” del álbum “Waitin for the sirens’ call” del 2005)
Es hablar de uno de esos momentos fuera del tiempo bailando “Temptation” sintiendo que nada más importa.
Barney con esa voz sutil que por momentos desafina y que ahora es como el sonido atemporal de un sintetizador clásico. Hooky y sus líneas de bajo, melodiosas e ingeniosas, marca registrada del sonido NO. Stephen con su toque maquinal y humanamente erróneo por momentos en el mejor sentido de la palabra. Y Gillian, una presencia etérea pero sólida, sin aspavientos.
Imposible dejar de mencionar la primera presentación de New Order en Lima en el 2013. Felicidad pura en “Crystal” y “Perfect Kiss” con aquel cierre onírico en tributo a sus inicios: Joy Division.
Esperando un día antes del concierto en la puerta del Hilton nos tomamos una foto con “The Other Two” quienes bajaron de una coaster agarrados de la mano.
Es soñar una noche cualquiera que eres el batero de New Order y estas rodeado de tambores, pads, sintetizadores, perillas y botones y eres responsable de tocar un puñado de las mejores canciones pop del mundo.
Es plantearte la pregunta (por joderte a ti mismo) ¿Kraftwerk o New Order?.
E ir por el segundo.