Crucigramas y Cultura

Clara Fernandez-Vara
DIGRA Spain
Published in
4 min readSep 19, 2019

Además de ser uno de los compositores y libretistas musicales más brillantes del siglo XX, Stephen Sondheim también es un experto en juegos y puzzles. Es de esperar que alguien que se dedica a encajar música y letra profesionalmente también sea muy dado a meter palabras en cuadrículas. Hace muchos años también escribió un artículo que explicaba la diferencia entre los crucigramas de EEUU y los del Reino Unido. Mientras que los crucigramas estadounidenses requieren un conocimiento enciclopédico de cosas triviales, los crucigramas al estilo británico se caracterizan por ser muy crípticos y desafiar a quien quiera solucionarlos a descifrar la pista antes de saber a qué se refiere. Sondheim manifiesta preferir los crucigramas británicos, lo cual de nuevo no debería sorprendernos, dado que los crucigramas crípticos son más poéticos al presentar cada pista en forma de adivinanza.

El artículo de Sondheim es un ejemplo maravilloso de cómo el diseño de juegos y la cultura van de la mano; la cuestión se vuelve más interesante en el momento en el que empezamos a examinar los crucigramas en diferentes lenguas. Aunque puedo resolver juegos linguísticos tanto en inglés como en castellano, prefiero los crucigramas españoles al famoso crucigrama de The New York Times. Para empezar, el tipo de conocimiento enciclopédico que se necesita para resolver el crucigrama de el Times requiere haber crecido y mamado la cultura e historia americana de una manera que, como extranjera que soy, no me es accesible. Segundo, la fonotáctica del español permite cruzar palabras de maneras más diversas e interesantes. Abrir una revista de pasatiempos española es un gozo. Tenemos los crucigramas blancos, que no te dicen cuántas letras tiene cada entrada, los crucigramas silábicos, que dividen las palabras en sílabas (algo mucho más difícil de hacer en inglés), y los crucigramas temáticos, en los que las pistas siguen un tema específico.

Mi tipo favorito de crucigrama es el autodefinido, en el que las pistas de cada entrada están escritas en la casilla que separa cada palabra. Algunas casillas necesitan incluir dos pistas (una para la palabra en horizontal y la otra para la palabra en vertical), así que han que ser extremadamente concisas, de dos o tres palabras como mucho. Las pistas de este tipo de crucigrama normalmente requieren un vocabulario amplio, dado que la mayoría de las respuestas son palabras sinónimas; también se necesita tener conocimientos culturales, mayormente con relación a la geografía, dado que a menudo las soluciones suelen ser topónimos y gentilicios.

Los autodefinidos son rápidos y fáciles de resolver — son los casual games antes de que se inventara el término. Aunque los autodefinidos se basan primeramente en conocimientos lingüísticos y culturales, también se vuelven accesibles bastante rápido; cada editorial tiene ciertas preferencias por áreas de conocimiento y vocabulario específicas. la primera vez que un crucigrama te pregunta por el término para referirse a un oficial turco o río de Suiza, la referencia te deja un poco a cuadros. Pero a medida que vas resolviendo más crucigramas, definiciones como éstas reaparecen y aprendes que las soluciones son “AGA” y “AAR” respectivamente. Para los diseñadores del puzzle, estas soluciones son las pequeñas puntadas que permiten sostener el tejido del crucigrama, y el jugador las aprende con cada puzzle. Cada editorial tiene un conjunto de palabras excéntricas que la caracteriza.

Los autodefinidos también tienen una variedad inusitada; además de tener los mismos tipos que los crucigramas que ya he listado (autodefinidos blancos, silábicos, temáticos), también hay tipos que hacen maravillas con la distribución de sus casillas: unos son como un panel de abejas, en los que las definiciones se escriben en línea recta o alrededor de una casilla, mientras que otros combinan los crucigramas con los dameros, de manera que las casillas que componen cada palabra del autodefinido se ordenan de manera serpentina, y cuando rellenas todas las definiciones se puede leer una cita literaria. Todo encaja y es precioso.

El diseño de crucigramas requiere un nivel de arte y oficio que se puede ayudar de ordenadores. Dependiendo del ingenio de los diseñadores, quienes a menudo permanecen anónimos, se puede crear un desafío interesante al conocimiento e ingenio del jugador. Algunos diseñadores tienden a crear acertijos endiablados, mientras que otros proporcionan más pistas para que el jugador pueda completar el puzzle. El crucigrama de el Times requiere que el jugador sea “listo”, en el sentido que ha tenido acceso a un conocimiento y educación firmemente situados en la cultura estadounidense, y más específicamente de neoyorkina. Si el jugador se atascaba, tenían que esperar y comprar el número del día siguiente para encontrar la solución, aunque estos días esto se ha convertido en tener una suscripción online a la sección de crucigramas. Por otro lado, las revistas de autodefinidos ayudan al jugador a expandir su vocabulario y conocimiento de cosas triviales a medida que las definiciones se repiten de puzzle a puzzle y de revista a revista; las soluciones se incluyen al final de cada número, así que el conocimiento es accesible inmediatamente. Así los crucigramas y su diseño también forman parte y representan diferentes convenciones sociales y niveles de privilegio.

(Esta es la traducción al castellano del artículo Crosswords and Culture.)

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Clara Fernandez-Vara
DIGRA Spain

Games scholar and designer. NYU Game Center Faculty. Makes narrative games. Loves stories. Author of Introduction to Game Analysis http://bit.ly/VM0DPa