Cómo y porqué trabajar individualmente en equipo sin morir en el intento
Todos hemos escuchado y leído sobre los beneficios de trabajar en equipo o individualmente, de cuál es la mejor forma, cuáles son las ventajas o desventajas de ambas modalidades de trabajo, entre otros. Y puede que a todos nos acomode una forma más que la otra de trabajar, pero ¿por qué no combinar ambas modalidades?
En este artículo haré referencia al que escribí anterior sobre Design Sprint, y de cómo esta metodología se sustenta en base al trabajo individual en equipo.
Para contextualizar, se sabe que el trabajo individual genera mejores soluciones que los Brainstomings grupales. La técnica del Brainstorming fue desarrollada por el publicista Alex Osborn en la década de los ‘50, quien postuló que el rendimiento creativo mejoraba en un 50% en comparación con las personas que trabajaban por sí solas. No obstante, luego de una extensa investigación, el profesor de Psicología Tomás Chamorro postuló, en un artículo para Harvard Business Review que no existe evidencia científica a favor del método del Brainstorming que, por el contrario, una gran lluvia de ideas con grandes cantidades de información perjudica el rendimiento creativo y termina abrumando a la persona:
“La lluvia de ideas daña la productividad en equipos grandes, cuando los equipos son supervisados de cerca y cuando el rendimiento es oral y no escrito. Otro problema es que los equipos tienden a abandonar el generar ideas creativas cuando se dan cuenta de que sus esfuerzos no están produciendo mucho”, explica el autor.
De forma opuesta, el investigador Tony McCaffrey desarrolló una nueva técnica llamada Brainswarming, la cual se asemeja a la forma de trabajar de las abejas: en silencio, pero en grupo. Según Tony, los extrovertidos tienden a dominar a los introvertidos, pero, cuando se eliminan las conversaciones, la frustración y los roces desaparecen. El silencio elimina la posibilidad de predominación y pone a las personas en un mismo campo de juego.
“Muchas personas tienen miedo de ser honestos delante de su jefe. Escribir su idea y publicar de forma anónima alienta la honestidad, la asunción de riesgos y el salvajismo de las ideas.
Otras ventajas son: No tiene que recordar lo que dijo cada uno; Nadie necesita elaborar un resumen de la sesión y luego enviar a todo el mundo; Escribir su idea en un post-it obliga a ser breve; Cuando la gente habla interrumpe ‘”líneas de pensamiento”; Si la gente habla, entonces todo el mundo tiene que estar en la reunión para escuchar, entre otras.”
Esta técnica se asemeja en cierto grado al método que se utiliza en el Design Sprint. Sin embargo, prevalece mucho más el trabajo individual. Jake Knapp en el libro de Sprint afirma lo siguiente:
“…no es fácil trabajar solo. El individuo no solo tiene que resolver el problema, sino también dar con una estrategia que solucione dicho problema. Quien se haya sentado alguna vez a trabajar en un proyecto importante y haya acabado leyendo las noticias, sabe lo duro que es.”
Esta metodología se sustenta en el trabajo individual en equipo, ya que hay una serie de actividades en las cuáles trabajamos solos y luego discutimos las ideas entre todos.
En la etapa de Entender la generación de preguntas del tipo “¿Cómo podríamos…?” de la primera sesión, cada uno debe tomarse el tiempo y debe tener su espacio para reflexionar, empatizar y entender posibles problemas, anotándolas en Post It para luego exponerlas en la pizarra ante los demás.
Lo mismo sucede en la etapa de Bosquejar. En el desvarío en 8 pasos, cada uno dibuja y enfatiza el pensamiento crítico por sobre el arte. Acá se transforman las ideas abstractas en soluciones concretas en papel que posteriormente son evaluadas con el equipo de forma crítica y justa, sin que se convierta en un mercado de ideas expresadas de forma estrambótica.
Finalmente, en la etapa de Decidir, se tiene un montón de posibles soluciones propuestas individualmente. Esto es realmente bueno, pero también resulta un problema. No se puede realizar un prototipo o un MVP con todas las soluciones. Es por esto que se evalúa cada una grupalmente hasta elegir cuál o cuáles tienen más probabilidades de lograr el objetivo a largo plazo. Así se podrá tomar una decisión que posteriormente se traducirá en un guión gráfico o escrito, como en nuestro caso se traducen en Historias de Usuarios y Mockups.
En Garage somos fanáticos de las tecnologías. Sin embargo, creemos en la importancia de plasmar las ideas en papel o en pizarras. Esto nos pone a todos a la misma altura, ya que todo el mundo sabe escribir palabras, dibujar recuadros y expresar ideas con la misma claridad. En general, la gente tiende a asustarse cuando se tiene un lápiz y un papel, pero todos, absolutamente todos, somos capaces de esbozar una solución.
Durante el desarrollo de las diferentes actividades dentro del Design Sprint, los participantes trabajan solos, pero se siguen pasos concretos para ayudar a que los miembros del equipo progresen y aporten. Mientras están ocupados en sus propios bocetos, tienen tiempo para cuestionar y reflexionar.
El trabajo individual ofrece tiempo para la investigación, buscar la inspiración y reflexionar sobre problemas. En general, todos queremos ser nuestro propio jefe o jefa porque #Divadeporvida, así nos sentimos libres de hacer lo que nos plazca sin tener que justificar nuestras acciones a terceros. Pero luego, al exponer las ideas o soluciones, podemos darnos cuenta que no fuimos capaces de visualizar otros puntos. Aquí es en donde entra en juego el equipo interdisciplinario, en que todos desde su expertise y área evalúan aportando detalles que se nos escaparon en su momento.
Cuando todo el equipo trabaja en paralelo, se generan ideas competitivas sin pensar en grupo y sin hacer Brainstomings con gritos, abandonando el sentido común, para hacer surgir ideas que a veces resultan descabelladas.
Como Product Owner me he dado cuenta que se debe tener un equilibrio y mezcla de ambas formas de trabajar y no solo en Design Sprint, sino que en las áreas de desarrollo de software también. Hay clientes que son fans de juntarse por cada problema que se les presenta, pero si realizáramos una reunión por cada petición de un cliente, se nos iría la vida en largas reuniones discutiendo ideas, problemas o soluciones y, lo más probable, es que lleguemos al final del día sin poder tomar una decisión, y esto fue porque se procedió primeramente de forma grupal.
Los clientes creen que cada vez que vienen con un incendio, nosotros como sus partners debemos actuar como bomberos para apagarlos. En mi caso, lo que hago es escucharlos, preguntar detalles y darle mi punto de vista para luego decirles “¿te parece si cada uno le da una vuelta por separado y luego nos juntamos a discutir?”. Así, individualmente puedo reflexionar, investigar, preguntarle al equipo, analizar variables y darle paso al proceso creativo. Para luego juntarnos, unificar perspectivas y en conjunto proponer posibles soluciones optimizando tiempo y recursos. Al final todos sabemos que dos cabezas piensan mejor que una y que para realizar una gran Genkidama se necesita la ayuda de todos.