Lamentos por las criptomonedas
Existen, al menos, dos tipos de lamentaciones. Hoy me referiré exclusivamente al segundo: las lágrimas de quienes pierden el tren después de recibir señales por todas partes de que se aproximan grandes oportunidades.
El caso de la criptomonedas es paradigmático: cientos de personas aprovechando el momento mientras miles se limitan a mirar y esperar a que llegue el Banco de España y les confirmen que sí, que el Bitcoin es de fiar.
Pues, señoras y señores que andan expectantes mirando a un punto fijo, espabilen y no se lamenten luego como el Bank of New York Mellon, el banco más antiguo de los Estados de Unidos, que en tan solo medio año ya es consciente de su error al desatender el interés de sus clientes que ya estaban invirtiendo en empresas con activos en Bitcoins.
La reacción del BYN Mellon se ha decantado por apoyar el Bitcoin y todo el ecosistema cripto, evidentemente. Pero el daño de estos seis meses de demora ya está hecho.
Es perfectamente aprovechable esta experiencia corporativa por las personas individuales y dejar de contemplar el fenómeno cripto como algo ajeno a nuestra vida cotidiana y tomar parte de una revolución que tarde o temprano dejara de serlo y, como consecuencia, dejará de ser una oportunidad única, como aún lo es ahora.
Cada uno debe explorar sus opciones y decidir asesorándose sin demorarse. Mi opciones, como ya he publicado alguna vez, son claras: QubitLife, Nimbus, InnovaMinex. Ahora o nunca.
