¿Qué fue del hombre del tiempo?

Julio Pérez-Tomé Román
SmartPerson Generation
4 min readMar 7, 2015

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La imagen tras este párrafo corresponde a la diapositiva con la que inicio el apartado dedicado a las apps y su importancia en el Ecosistema Digital Inteligente. Este tema ocupa el núcleo duro de la formación que imparto últimamente en empresas, asociaciones y, en general, entre los ciudadanos que son los que finalmente han de lidiar con los dispositivos móviles y la galaxia que conforma la actual internet; hay que añadir, además, los asteroides en forma de redes sociales o la famosa “nube” que avanzan, a su vez, enganchados a conceptos aún por explorar en profundidad como la geolocalización y la importancia del real time en la actividad cotidiana de las personas.

Cuando llego a esta diapositiva me río de quienes te hacen callar cuando en la televisión aparece el hombre (o la mujer) del tiempo. Supongo, les digo, que lo que les gusta es cómo les cuentan tanto lo que ha pasado como lo que se supone va a suceder meteorológicamente hablando. Porque aportar, lo que se dice aportar, no me aportan nada. Y me entretengo describiendo la multitud de aplicaciones (gratuitas la mayoría) que me ofrecen muchísima más información que ese “hombre/mujer del tiempo” de antaño… las apps me facilitan más o la misma información, igual de fiable o más, porque realmente al final todos beben de la misma fuente. La diferencia es que la TV me impone el horario: la app de turno se somete al mío.

Podríamos dejar algo de margen a la innovación en cuanto a las previsiones acerca del clima. Pero en este punto lo que queremos no son novedades –y mucho menos sorpresas– sino aciertos. Si quiero un toque humano, yo tengo el mío, es mi “hombre del tiempo” que se llama Emilio Rey, probablemente más famoso como @digitalmeteo en Twitter.

Para ilustrar el auge y poderío del mercado de las aplicaciones y de los miles de millones de dólares que mueve, el ejemplo de la previsión meteorológica es especialmente gráfico para los perfiles de quienes asisten a mis cursos, la mayoría por encima de los 40, que han sido “educados” en esto del clima bajo un modelo escénico algo cómico. Lo digo por la puesta en escena frecuentemente ridícula con la que nos deleitan ellos y ellas, sobreactuando delante de un mapa mientras se desplazan mágicamente nubes de algodón e isobaras a la vez que exponen su particular interpretación como si fuéramos bobos.

La siguiente propuesta que ya empezamos a cotillear entre mis contertulios es la urgente necesidad de reinvención de los medios de comunicación. Han de darse aún más prisa porque lo que yo hago con el “hombre del tiempo” (es decir, nada) lo van a empezar a practicar en masa los nuevos telespectadores. Empezaremos a reseñar en las listas del paro a famosillos hombres/mujeres dedicados hasta hace nada a explicarnos lo obvio del clima y sus consecuencias en nuestra vida.

Me pareció interesante el modelo de espacio meteorológico –incluida la publicidad contextual– que expuso uno de mis interlocutores. Concretamente afirmó que él atendería de buen grado a un “hombre/mujer del tiempo” que le hablara de la previsión de las pistas de esquí, por ejemplo, y las ventajas o dificultades que podríamos encontrar los esquiadores según el estado de la nieve. Y que no le parecería nada mal que entre la información incluyeran los precios de los remontes, del alquiler de material, de los alojamientos o actividades culturales, fiestas del entorno de esos destinos. Esto mismo se aplicaría a la montaña, al arte, a la playa, a los acontecimientos deportivos… y, en general, a todas aquellas actividades en las que la climatología despliega un protagonismo clave para quienes participan o, sencillamente, asisten como espectadores o acompañantes.

En fin, ya que el futuro “del hombre del tiempo” lo veo cruelmente amenazado por una borrasca que lo arrasará todo, quizá sea el momento de redescubrir el nuevo papel de los medios de comunicación para que miren a los recién llegados –se llamen apps, gadgets, plataformas sociales… o lo que sea– como aliados, no solo como amenazas que, claramente, son.

Confieso que eso de haber vivido en Canarias también crea el hábito de desentenderse un poco del clima… pero a cambio nos visitan los alisios y otros fenómenos tan inusuales como volcanes en erupción.

Originally published at www.inno.me on July 1, 2013.

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Julio Pérez-Tomé Román
SmartPerson Generation

“Nunca digas «eso podría haberlo hecho yo», porque no lo has hecho tú” — Karim Rashid