Thank you for the music

Júlia Guasch
Life as a Milenial
Published in
2 min readJan 1, 2017

A veces doy gracias a Dios por todos los músicos del planeta. ¡Hasta por los que tocan música que no escucho! Porque yo no me podría dedicar a ello. Tantas horas practicando sus instrumentos, esos oídos privilegiados que cuando oyen el timbre de la puerta dicen “suena en Fa”, esa obsesión por la perfección… ¿Quién tuviera tanta paciencia? Yo, sin duda, no.

Y cada vez que cae una guitarra en mis manos y destrozo una pieza, o cuando canto una canción maravillosa que alguien compuso en algún momento digo: Qué alegría que haya gente que se dedique a su vocación para que su arte pueda acompañarme en mi día a día.

Desde los que hacen esas canciones pegadizas que tarareas por la casa, hasta los que tocan en bares rancios y te hacen bailar con los amigos y, sobre todo, por los que se dedican a ello porque no pueden matar su vocación de otra manera que trabajando en ella. Gracias.

Sois seres raros, con carácter difícil y poco apegado a lo material. Un ego con el que nunca haréis las paces. Un don del que seguro que cada día dudáis. Pero sois las máquinas que procesan sentimientos del mundo allá donde no llegan las palabras. Por todo ello, gracias.

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