Smart Cities: Ciudades para todos
Luego de que el mundo haya pasado por las llamadas “revoluciones”, la primera que comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII y culminó entre los años 1820 y 1840, en la que la base de la economía pasó de estar sustentada en el comercio y el agro a transformarse en una economía industrializada y mecanizada. La segunda comprendida entre 1870 y 1914 en donde gracias a innovaciones en el campo energético surgen nuevas fuentes de energía como el gas, el petróleo y la electricidad, dando así el inicio de nuevas formas y medios de transporte (aviones, carros y máquinas a vapor). La tercera iniciada en el siglo XX la cual ha sido denominada como la revolución científico — tecnológica, por la importancia y relevancia que tienen la tecnología y las comunicaciones. La cuarta o industria 4.0, la cual habría comenzado recientemente y su desarrollo estaría proyectado para la tercera década del siglo XXI, en la que una serie tecnologías emergentes se convierten en habilitantes (Tecnologías habilitantes) buscan conformar sistemas robustos interconectados entre sí con el objetivo conformar soluciones tecnológicas que buscan brindar bienestar y sostenibilidad a un mundo que ha crecido a un ritmo desmedido e insostenible.
Hoy día la configuración y la concentración de población rural Vs urbana ha cambiado indudablemente, trayendo así nuevos retos y desafíos para humanidad. Vivimos en la convergencia de dos fenómenos importantes en la historia de la humanidad: la aceleración de la urbanización a nivel mundial y la revolución digital. Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que, por primera vez en la historia, más de la mitad de la población del planeta (54,6% o 3.600 millones de personas) vive en ciudades. Además, según este estudio, para 2050 el 70% de la población mundial (más de 6.000 millones) vivirá en ciudades: 64,1% de las personas en los países en desarrollo y 85,9% de los habitantes en los países desarrollados (La ruta hacia las smart cities: Migrando de una gestión tradicional a la ciudad inteligente).
El hecho de que la concentración poblacional esté cambiando y las personas estén migrando a la ciudad pone sobre la mesa una nueva forma de concebir el concepto de ciudad, pues las dinámicas, problemáticas sociales, económicas y ambientes cambian y es aquí donde los modelos que se tenían antes dejan de funcionar, por lo cual se deben contemplar nuevas formas de gobernabilidad y de habitabilidad que propicien el bienestar a pesar de las nuevas dinámicas de vida y necesidades que pueden presentarse, entonces es aquí donde se comienza a hablar del término Smart Cities o ciudades inteligentes.
Una Ciudad Inteligente es aquella que coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora tecnologías de la información y comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana. Al promover un desarrollo integrado y sostenible, las ciudades inteligentes se tornan más innovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, mejorando así vidas.
“Al promover un desarrollo integrado y sostenible, las Ciudades Inteligentes se tornan más innovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, mejorando así vidas”. (Bouskela, Casseb, Bassi, De Luca y Facchina, 2016)
El modelo de una Smart City integra actores fundamentales de sociedad como: Líderes gubernamentales, sector privado o empresarios y la ciudadanía misma ya que para que las ciudades tengan una transición al modelo de ciudades inteligentes esta transición debe darse de forma integral. Tanto los habitantes de las ciudades como la infraestructura deben estar preparados para operar en sistema de engranaje en donde prima el bien común de la actual y futuras generaciones. No se pueden concebir ciudades Smart sin ciudadanos y gobernantes con pensamiento Smart.
