Gob.pe y la agilidad

En Gob.pe, partimos de una cultura organizacional transparente, horizontal y en un entorno colaborativo que nos permite poner en práctica principios del manifiesto ágil, teniendo como principal premisa la entrega constante de valor para satisfacer necesidades ciudadanas.

Los principios del manifiesto ágil nos invitan a aprovechar el cambio constante, a realizar entregas frecuentes de software funcionando, manteniendo altos estándares de calidad técnica y de diseño, a confiar en las capacidades del equipo de desarrollo, brindándoles entornos colaborativos en los que ejerzan comunicación constante y que, a la vez, les permita reflexionar sobre cómo mejorar su desempeño.

A lo largo de los estos meses en los que venimos desarrollando Gob.pe, hemos rescatado estos principales puntos de aprendizaje:

1. Aprender de los errores para continuar mejorando

El error es inherente a cualquier actividad que realicemos, pero mientras más temprano se descubra, mejor; es por ello que presentamos los avances periódicos.

Recibir feedback constantemente y entender los motivos detrás de un comentario negativo, nos ayuda a descubrir puntos de vista diferentes, lo que nos permite seguir mejorando.

2. Desprenderse del código

A diferencia de otras ingenierías u otras áreas de estudio, al desarrollar software, no solo juntamos pedazos o “construimos” un software. El desarrollo de software es un proceso creativo que utiliza técnicas de ingeniería y base científica para entregar un servicio digital de calidad y asegurar la continuidad del mismo.

Al aceptar el cambio constante como parte de nuestra cultura, muchas veces tenemos que desprendernos de lo que hemos creado; más allá de líneas de código, valoramos lo que aprendemos en cada iteración.

3. Comunicar y compartir

Con metodologías ágiles, buscamos que el equipo de trabajo sea autogestionado, pero sabemos que esto no se da simplemente al usar algún marco de trabajo que se encuentre de moda, necesitamos crear cultura ágil.

Para ello, todos los días compartimos lo que hemos hecho, lo que haremos al día siguiente y si hemos tenido algún impedimento para realizar alguna actividad. Esto nos permite generar compromiso entre los miembros del equipo y detectar si alguno de nosotros necesita ayuda para realizar alguna tarea.

4. Organización y compromiso

A diferencia de las metodologías tradicionales, no contamos con un proceso de control rígido, como métricas sobre el valor ganado y el trabajo producido, lo cual nos obliga a revisar constantemente nuestra forma de trabajo (procesos y entregables) y establecernos metas claras de mejora.

Cada quince días, luego de la presentación de los entregables, repasamos lo que sucedió durante ese periodo de tiempo, resaltando qué hicimos bien, qué hicimos mal y qué debemos mejorar para las siguientes semanas. En esta actividad, participan todos los miembros del equipo y los compromisos de mejora son consensuados por todos.

Para finalizar, más allá de un marco de trabajo o una metodología que utilicemos, la agilidad es una cultura, un cambio de mentalidad que adoptamos y que buscamos impulsar dentro de otras entidades del Estado.

No hay mejor manera de demostrar que una metodología funciona que mostrando resultados tangibles, respondiendo oportunamente a necesidades ciudadanas y trabajando en equipo para lograr los objetivos.

--

--