Brooks Koepka se lleva el U.S. Open 2017
Koepka se destacó del pelotón de cabeza con tres birdies seguidos en los últimos nueve hoyos del Domingo, cerrando esta última jornada con 67 golpes, suficientes para alzarse con este US Open celebrado en Erin Hills.
“Lo que he hecho esta semana es increíble”, Brooks Koepka.
Tras un inicio en esta última jornada realizando gran golf, representado en 3 birdies y 6 pares en los 9 primeros hoyos, llegó empatado con el líder Brian Harman a falta de seis hoyos para el final, Koepka, introdujo un putt de 2 metros y medio en el hoyo 13 que le supuso el par y, a judgar por el resultado de los siguientes hoyos, un “puñetazo psicológico” a su rival y un “plus” de confianza para Koepka, a judgar por los 3 birdies en los siguientes 3 hoyos, frente a un Harman, su más inmediato rival y líder al inicio de esta última jornada, que comenzaría a desvanecerse.
Las oportunidades de Harman por la victoria, terminaron del todos con dos bogeys seguidos, lo que sumados a otro bogey en el hoyo 18, le supuso una tarjeta de 72 golpes, lo qu le alejaría no sólo del primer puesto, sino llegar a empatar con el japonés Hideki Matsuyama en la segunda posición gracias al 66 realizado por este último en esta vuelta que cerraba este segundo Major del año, separandose de cuarta posición ocupada con el compañero de Koepka en esta última jornada, el norteamericano Tommy Fleetwood, que con su 72 en esta última jornada le dejó fuera del podio por 1 golpe de diferencia.
La sorpresa la dió Xander Schauffele, un novato en el PGA TOUR en el que jugando su primer Abierto de los EE.UU., realizó un birdie en el último hoyo para lograr un 69 y empatando en la quinta posición con 10 bajo par (268 golpes) con Bill Haas (69) y Rickie Fowler (72).
Fowler, que si bien empezó fuerte el torneo, se fue diluyendo con el paso de los días acabando en el par en esta última jornada gracias a un birdie en el último hoyo de la jornada.
Si hablamos de jugadores que se vinieron abajo, no podemos olvidarnos de Justin Thomas, que tras un 9 bajo par (63 golpes) realizado el día anterior, igualando de esta manera el récord de menor número de golpes de un Major y marcando el mejor resultado en un Abierto de EE.UU., cerró con un 75 para terminar noveno.
Ni siquiera el viento, ni las estrechas calles que tanto preocupaban a los jugadores, pudieron detener la “lluvía” de puntuaciones bajas en Erin Hills, ya que la semana terminó con 31 jugadores bajo par, rompiendo el récord de 28 jugadores en el Abierto de EE.UU. en Medinah en 1990. Lo que supone que tras este torneo se reabra el debate acerca de si los campos se están quedando obsoletos frente a la llegada de mejores materiales en forma de palos y bolas.
