Los inicios de la bola de golf

Roger Spectra
golf evo
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3 min readAug 8, 2016

Supuestamente, según documentos encontrados por los historiadores,las primeras bolas empleadas en golf fueron creadas durante el siglo XV con madera de olmo o haya, al igual que otras usadas en juegos similares como el Colf, Crosse y Mail en la zona norte de Europa.
La distancia máxima a la que llegaban estas bolas era de unos 75 metros, lo que no las hacia muy aptas para largas distancias.

Ya durante el siglo XVI, debido a la necesidad de más control sobre la bola, los holandeses crean, con los excedentes de piel y pelo vacuno, una bola de cuero vaca relleno de pelo de vaca (Hairy ball).

Debido a la cantidad de la materia prima y la habilidad de los artesanos para su fabricación, éstos consiguieron crear la increíble cifra de 500.000 bolas al año con un precio de venta al público de 2 chelines por unidad.

La distancia máxima aumentaba a 135 aproximadamente, casi el doble que su antecesora de madera, como problema frente a la bola de madera era que sufría mucho desgaste en entornos húmedos por su material de fabricación.

Debido a que el mercadeo entre los Países Bajos y el resto de Europa permitió que se expandiese el juego a otros países, los diferentes fabricantes locales van buscando materiales que puedan facilitar su fabricación además de buscar un mejor rendimiento de la bola.

Finalmente, en el siglo XVII las bolas pasan a ser las denominadas Feathery, que consistían en una bola con relleno de plumas de oca con una envoltura de cuero.

Para su fabricación, se llenaba un sombrero de plumas mojadas, una vez tomada la medida con el sombrero, esas plumas se metían en una bolsa de cuero húmeda formada por 3 partes de pulgada y media unidas entre sí; se cerraba la bolsa cosiendo la abertura que se había empleado para meter las plumas y se dejaba secar.

Una vez seca, le daban forma redonda con un martillo, la pintaban de blanco para dotarla de mayor protección y facilidad de localización y estampaban el nombre del fabricante.

Dichas bolas eran vendidas entre 2 y 5 chelines, dependiendo del fabricante, siendo los más reconocidos Henry y Leith Mills, William y John Gourlay y Andrew Dickson. En cuanto a cantidad producida, se estima que cada fabricante creaba alrededor de 4 bolas diarias.

En cuanto a rendimiento, sus problemas se centraban en un vuelo irregular, debido a que los métodos y materiales de fabricación hacían que la bola no fuese perfectamente redonda; la perdida de distancia cuando la bola se encontraba mojada y la durabilidad de la misma.

No obstante, eso no evitó que la distancia se aumentase frente a la bola fabricada con pelo vacuno, llegando, la fabricada con pluma de oca, a los 175 metros con cierta regularidad, siendo la mayor distancia documentada la lograda por Samuel Messieux en 1836, consiguiendo, con viento a favor, unos increíbles 330 metros.

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