Un oasis de valor histórico en Ñuñoa.
En un pequeño rincón de la comuna de Ñuñoa, a solo una cuadra de la Av. Irarrázaval, se encuentra escondido un tesoro arquitectónico: el Barrio Elías de La Cruz. Este pequeño oasis nos transporta a una época pasada, donde la arquitectura, la historia y la identidad se fusionan para conformar este encantador barrio con sus habitantes.
Construido entre las décadas de 1920 y 1930 por los influyentes arquitectos Wenceslao Cousiño y Teobaldo Brugnoli, el Barrio Elías de La Cruz destaca por sus diseños eclécticos, que combinan elementos de distintas corrientes arquitectónicas, convirtiéndose en uno de los proyectos más destacados de estos reconocidos arquitectos de la época.
El barrio se desarrolla en la manzana ubicada entre las calles José Domingo Cañas, Capitán Fuentes, Duble Almeyda y José Manuel Infante, y rompe con la tradicional cuadrícula, dividiéndose en 6 pequeñas sub manzanas que se entrecruzan diagonalmente por Elías de La Cruz y otros cuatro pasajes, respondiendo a una cuidadosa planificación a nivel urbanístico con el propósito de converger en la Plaza Enrique Bunster, también conocida como “La Plaza de los Aburridos”, un espacio que promueve el sentido de comunidad y la vida de barrio.
El conjunto de casas está compuesto por 85 viviendas de dos pisos, todas con fachadas uniformes de ladrillo, cuidadosa distribución de espacios interiores y sus destacados antejardines. Estas casas solían albergar a familias con adultos mayores, pero en la actualidad son el hogar de jóvenes profesionales que buscan refugio en esta pequeña zona urbana.
Sin embargo, más allá de su estética reconocible, el Barrio Elías de La Cruz alberga un importante legado histórico, dado que este lugar formó parte del desarrollo urbano de Santiago en ese momento, respondiendo a la necesidad de vivienda de la emergente clase media chilena de la época. Su arquitectura refleja esos tiempos de cambio y progreso.
A lo largo de los años, Elías de La Cruz ha logrado mantener su carácter residencial, la tranquilidad de sus calles y su legado arquitectónico. En 1989, fue declarado Zona de Conservación Histórica, una designación que ha sido ratificada en los planos reguladores de 2007 y 2019 de la comuna. Esto garantiza la preservación de su arquitectura y permite que las futuras generaciones también disfruten de este valioso patrimonio cultural.
A pesar de encontrarse en una zona de Ñuñoa de desarrollo inmobiliario, el Barrio Elías de La Cruz ha logrado mantenerse como un pequeño oasis. Sus residentes valoran su capacidad para desconectarlos de la velocidad de la vida moderna, a pesar de estar a solo una cuadra de Irarrázaval y rodeado de edificios en altura.
El Barrio Elías de La Cruz se distingue en la actualidad por su influencia arquitectónica, su contexto histórico, social y su valor patrimonial, por lo que sus residentes están completamente encantados y se resisten a abandonar este valioso barrio. Aunque la oferta inmobiliaria dentro de Elías de La Cruz es limitada, en sus alrededores se encuentran opciones disponibles de casas y departamentos en venta y arriendo, lo que brinda la oportunidad de vivir cerca de este lugar donde se entrelazan la historia y la arquitectura.
Escrito por Antonella Avendaño
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