Guiso Gráfico con liqueed
Del “Café con Brief…” surgieron muchos conceptos, pero también muchas preguntas, tanto desde mí, como desde los fundadores de “liqueed”. Por ello, les ofrecí experimentar el “Guiso Gráfico”, con el objetivo de consolidar y al mismo tiempo seguir explorando nuestras mentes e ideas.
El Guiso Gráfico es un método de trabajo creado por Onaire (Ver Web & Ver Facebook), un colectivo argentino formado por 5 diseñadores gráficos, el cual trabaja la construcción de un mensaje partiendo de la expresión individual hasta llegar a una expresión colectiva, logrando así la visibilidad del pensamiento de un grupo sobre un tema definido.
Nota al margen, recomiendo fuertemente seguir el trabajo de Onaire, colectivo al que pertenezco :).
Primera etapa: dibujo individual
Nos reunimos en un cómodo espacio, en un día hermoso. La vegetación y el sol que nos rodeaba, iban de la mano del entusiasmo y la energía que Alan, Ari, David, Paz y Vale habían traído para esta jornada práctica. Eramos 6 individuos que iniciábamos un proceso de trabajo colectivo. El tema: liqueed, claro.
Ya cada uno traía consigo muchas ideas, por lo que rápidamente comenzamos con el dibujo individual, bajando nuestras apreciaciones al papel, con pincel y tinta china. Muchas veces cuesta dar el primer trazo, por lo que salpiqué una hoja y dije: “listo, ya no está en blanco. ¿Quién lo sigue?”. “¡Yo!” -dijo Vale- y luego la siguieron los demás. Y mientras se dibujaba, se compartían las ideas, afirmaciones, dudas, descubrimientos. Esas micro-conversaciones eran riquísimas. Algo comenzaba a suceder.
Luego de un buen rato, les propuse pintar juntos sobre un mismo espacio. Nos dividimos en dos grupos, por cuestiones prácticas, cada uno con una gran hoja en blanco. Trabajamos a 3 manos. Los lienzos rápidamente se llenaron de grafismos y expresiones visuales, la interacción entre los individuos se acentuó, y empezamos a conectarnos y construir algo diferente.
Nos quedamos sin tinta. Los pinceles empezaban a perder su pelo y el montón de hojas blancas era ya una alfombra de expresivos gestos, signos, palabras y dibujos, que reflejaban algo de todo lo que ya habíamos hablado sobre liqueed, y también de cosas nuevas.
Necesitamos un descanso. Almorzamos rico, mientras la experiencia se asentaba. Pero faltaba más.
Segunda etapa: recorte y armado del collage.
De vuelta al trabajo, repasamos cada hoja intervenida con los pensamientos individuales, compartiendo con el resto las ideas que nos fueron cruzando la mente y debatiendo sobre ellos.
Todo el material producido, es potencial ingrediente para el guiso que estamos preparando. Qué usar y cómo, es decisión personal. Cada uno tomó una tijera o trincheta, y comenzó a recortar pequeños fragmentos de los dibujos creados por el grupo. Desde Onaire, siempre sugerimos que no recorten de su propia producción, sino que es mas rico cuando revolvemos y construimos desde lo que dejó algún compañero. Así es como la mezcla comienza.
Pusimos cuatro grandes hojas en blanco como base de nuestro Guiso. Y poco a poco fuimos volcando los ingredientes, los recortes. Una gota de Vale se unió a una trama de puntos de David, la experimentación de Paz se resignificó al convivir con los gestos de Alan, y los ciclos que no se quién dibujó, acompañaban al texto de “Cambio” que ya no importaba quien lo había generado. Ahora todo era de todos, nada era exento de ser transformado y atravesado por otro elemento, en función de construir una forma nueva.
La experiencia de construcción colectiva es de una riqueza profunda.
Es mucho más rica que el resultado en sí. Sin embargo, no podríamos obtener lo mismo si fuese tratado de forma individual. El resultado es fruto del trabajo en equipo, donde se necesitó colaboración, diálogo, participación y diversidad.
Aquí está el guiso servido.
Ya veremos desde qué lugar, esta experiencia nutre al proceso de creación de una identidad para “liqueed”.
