Harlem, N.Y.C. (Angel Talansky/Flickr)

Raza y coronavirus en América: Una historia de dos pandemias

Carlos Alfaro Rodriguez
GovSight Civic Technologies
12 min readMay 12, 2020

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El COVID-19 ha causado un daño grave en cada parte de los Estados Unidos, pero las minorías sienten sus efectos mucho más que sus contrapartes blancas.

El COVID-19 ha matado a más estadounidenses en dos meses que los que murieron en la Guerra de Vietnam en un periodo de 20 años, con el número de muertos por encima de los 67,000.

Por desolado que puede parecer esta realidad, hay otra realidad aún más fea que hierve por debajo de la superficie: el virus está afectando desproporcionadamente a un mayor porcentaje de minorías en todo el país, exponiendo décadas de disparidades raciales y étnicas que están institucionalizadas y profundamente arraigadas a través de las diferencias socioeconómicas y la salud.

Salud y factores sociales

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades enumeran cuatro factores principales que explican por qué las minorías raciales y étnicas se han vuelto más vulnerables al COVID-19 que los blancos: circunstancias de vida y de trabajo, condiciones de salud subyacentes y menor acceso a la atención médica.

Es más probable que las personas de color vivan en áreas con una población altamente densa debido al racismo institucional manifestado en la segregación de viviendas residenciales, lo que hace que sea más difícil practicar medidas efectivas de distanciamiento social. Muchos miembros de minorías raciales viven más lejos de las instalaciones médicas y de tiendas de comidas que los blancos, lo que hace que sea más difícil abastecerse de suministros y recibir atención médica durante una pandemia. Los estadounidenses de raza negra tienen casi un 70% más de probabilidades de vivir en un código postal con escasez de médicos que sus contrapartes que no son negros, según los Institutos Nacionales de Salud.

Los hogares constituidos de varias generaciones tienden a ser más comunes en las familias compuestas por minorías, lo que puede poner a los miembros de mayor edad en la familia en un mayor riesgo de infección y muerte en espacios concurridos. La proporción de encarcelamiento entre los grupos minoritarios raciales están profundamente sobrerrepresentada en la población carcelaria de los EE. UU., lo que pone a las personas en un riesgo exponencialmente mayor a contraer el virus debido a condiciones de vida apretadas y antihigiénicas.

Las condiciones de salud preexistentes también tienen un gran efecto en los casos de coronavirus; el 90% de los casos más graves de COVID-19 involucran pacientes con antecedentes de salud como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia cardíaca congestiva y asma. Dado que los datos muestran que las personas de color viven con mayor frecuencia en áreas congestionadas, de alta densidad, y con niveles más altos de contaminación que las personas blancas, esto aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades respiratorias también.

Los trabajadores que son críticos en las industrias esenciales, y que corren un mayor riesgo de infectarse en comparación con personas que pueden trabajar desde casa, también están sobrerrepresentados por las minorías. Los empleos en el sector de servicios emplean a casi un cuarto de todos los trabajadores LatinX y Afroamericanos, en comparación con el 16% que son blancos, y muchas de estas personas enfrentan circunstancias económicas que les hacen sentir la necesidad de seguir yendo a trabajar a pesar de los brotes de coronavirus en su comunidad. Las personas de color también tienen más probabilidades de depender del transporte público para ir al trabajo, lo que aumenta aún más el riesgo de exposición al virus.

Es tres veces más probable que los miembros de la comunidad LatinX no tengan seguro médico en comparación con los blancos, y, entre la comunidad Afroamericana, la probabilidad es casi el doble en comparación con los blancos. El C.D.C. enumera las implicaciones financieras, las barreras del idioma y la histórica desconfianza hacia los sistemas de salud como algunas de las razones por las que tantas minorías tienen un acceso inadecuado a la atención médica.

“Necesitamos entender que la salud de las personas no es un resultado directo de sus comportamientos y acciones”, dijo la Dra. Lisa Cooper, distinguida profesora de la Escuela Bloomberg de la Salud Pública de John Hopkins, la Escuela de Medicina de John Hopkins y la directora del Centro John Hopkins para la equidad en salud. “Las acciones y comportamientos individuales de las personas juegan un rol importante en la salud. Pero los entornos en los que existen y las políticas que implementamos que dan forma a las oportunidades de las personas pueden acceder en realidad determinan qué elecciones tienen que hacer.”

Como las minorías se mantienen en la intemperie por falta de acceso, sus riesgos suben

Los expertos médicos han llegado a comprender que los efectos acumulados de estos factores físicos, psicológicos y ambientales durante largos períodos de tiempo conducen a mayores tasas de mala salud para las personas de color en edades más tempranas. La Dra. Arline Geronimus, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, acuñó el término “weathering” o “meteorización” para describir la conclusión de que “las desigualdades raciales en la salud existen a través de una variedad de sistemas biológicos entre los adultos y no se explican por las diferencias raciales en la pobreza.”

La ex presidenta de la Asociación Estadounidense de Salud Pública, la Dra. Camara Phyllis Jones, utiliza el “envejecimiento acelerado” para describir el mismo proceso. “Tenemos evidencia de que el desgaste producido por el racismo, el estrés del mismo, es responsable por las diferencias en los resultados de salud en la población negra en comparación con la población blanca,” dijo, lo cual se puede aplicar a todas las minorías afectadas desproporcionadamente por el coronavirus.

COVID-19 por los números: N.Y.C. caso de estudio

La evidencia más completa de las disparidades raciales por el coronavirus se puede ver en el punto más mortal del mundo, la ciudad de Nueva York. Según el Departamento de Salud y Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York, 659.9 de cada 100,000 afroamericanos que contrajeron el virus no requirieron hospitalización, comparados a los 475.8 de cada 100,000 Latinos, a los 494.3 de cada 100,000 estadounidenses de raza blanca y a los 231.9 de cada 100,000 estadounidenses de origen Asiático.

Las disparidades raciales son aún más profundas en la Gran Manzana al examinar los casos no fatales que requirieron hospitalización y los casos que condujeron a la muerte. Para los casos que requirieron hospitalización pero que no fueron fatales, hubieron 379.9 casos de 100,000 en pacientes negros, 298.6 casos de 100,000 en pacientes LatinX, 162.5 casos de 100,000 en pacientes blancos y 132.6 casos de 100,000 en pacientes Asiáticos. Y para los casos en los que se confirmó que los pacientes murieron por complicaciones relacionadas con el COVID-19, las tasas se ubicaron en 209.4 de 100,000 en pacientes negros, 195.3 de 100,000 en pacientes LatinX, 107.7 de 100,000 para en pacientes blancos y 90.8 de 100,000 en pacientes estadounidenses de origen Asiático.

Los afroamericanos, los Latinos, los caucásicos no hispanos y los asiáticos representan el 24.3%, 29.1%, 42.7% y 13.9% de la población de la ciudad de Nueva York, respectivamente. Pero de las 17,682 muertes (confirmadas y probables), las personas negras representan el 30.5% de las muertes, las personas Latinas el 29.7%, las personas blancas el 28.6% y las personas Asiáticas el 7.9%.

Y a través de los Estados Unidos

En St. Louis, las personas negras representan el 45% de la población de la ciudad, pero representan el 66.4% de los casos confirmados y el 75.4% de las muertes. Los negros de Chicago representan el 30% de la población de la ciudad, pero representan el 38.4% de los casos y el 53% de las muertes. San Antonio tiene una población negra de solo 6.9%, sin embargo, representan el 9.6% de los casos y el 25% de las muertes. Y en Washington D.C., las personas negras representan el 48% de los casos y el 79% de las muertes, a pesar de representar solo el 46,9% de la población de la capital de los EE. UU.

Actualmente, Michigan está en el tercer lugar con la mayor cantidad de muertes que cualquier estado, con más de 4,000, y los afroamericanos representan el 32% de los casos y el 41% de las muertes a pesar de representar solo el 14% de la población. Esto ocurre en medio de múltiples enfrentamientos en el Capitolio del Estado de Michigan iniciados por personas armadas y manifestantes que intentan presionar a los legisladores estatales para que reabran el estado.

El gobernador teniente de Michigan, Garlin Gilchrist, le dijo a The Guardian que el virus dificulta que las personas de color se reúnan para recibir apoyo de la manera que pudieron hacerlo en crisis pasadas. “Esto es algo muy real para las comunidades”, dijo Gilchrist. “Vivo en Detroit y parte de la razón por la cual las comunidades de color están tan ansiosas es porque, por lo general, cuando sucede algo tan aterrador, nos unimos para enfrentarlo como comunidad. Y este virus ha hecho que el acto de unirse, sea peligroso y mortal.”

La sobrerrepresentación de las infecciones y muertes por el COVID-19 entre las poblaciones negras se puede ver en muchos otros estados que han proporcionado algunos datos demográficos sobre la raza de los casos y muertes. En Louisiana, los negros representan el 32% de la población, pero casi el 59% de las muertes. Los negros representan el 27% de la población de Carolina del Sur, pero representan el 44% de los casos y el 53% de las muertes.

El Departamento de Salud Pública de Georgia y ocho hospitales en Georgia analizaron las características y los resultados clínicos de adultos hospitalizados por COVID-19 en marzo en virtud de un estudio reciente del C.D.C. De los 297 pacientes hospitalizados en los que había información disponible sobre su raza, el 83.2% de ellos eran negros en comparación con el 10.8% que eran blancos, 3.4% que eran hispanos y 2.7% que eran Asiáticos o isleños del Pacífico.

Algunos estados con poblaciones más pequeñas de minorías que han publicado datos raciales sobre sus pacientes con COVID-19 no obtienen mejores resultados en lo que respecta a las disparidades raciales de salud existentes. Dakota del Norte tiene uno de los porcentajes más pequeños de personas negras que viven dentro del estado con un 3,4%, sin embargo, representan el 19% de los casos, mientras que los blancos solo representan el 32% de los casos y representan el 84,4% de la población del estado. Y en Wisconsin, las tasas de mortalidad por coronavirus son más de cinco veces superiores a lo que indica la población del estado; los negros constituyen el 6% de la población, pero representan el 23% de los casos y el 32% de las muertes.

En algunos lugares donde los afroamericanos no son el grupo minoritario más grande, otras minorías se ven desproporcionadamente afectados.

Por ejemplo, a unas pocas millas al oeste de DC en el condado de Fairfax, las personas latinas representan el 16.8% de la población, pero representan el 53% de los 4,101 casos de coronavirus allí. Mientras tanto, la población negra compone el 10.6% de la población de Fairfax, pero los datos actuales muestran que representan el 10% de los casos dentro del condado. Actualmente no se proporcionan datos raciales sobre las 157 muertes del condado.

Y en Nuevo México, los americanos nativos representan el 10.9% de la población del estado, a es una cantidad mucho mayor que la composición total de los americanos nativos del país, el cual es 1.7%. Pero los datos del Departamento de Salud de Nuevo México indican que los americanos nativos representan el 53.41% de los casos de coronavirus, mientras que no proporcionan detalles sobre el recuento de muertes.

Muchos estados tienen datos incompletos o eligen no compartirlos

Con los Estados Unidos ahora en más de un millón de infecciones confirmadas que sigue creciendo, todavía hay muchos estados que aún no han publicado desgloses raciales y étnicos de sus estadísticas sobre casos y muertes del coronavirus. La información compilada por el Centro de Recursos del Coronavirus de la Universidad de John Hopkins presenta cuales estados han publicado los datos de COVID-19 por raza a través de tres factores: casos confirmados, muertes y pruebas. Nueve estados aún no han publicado datos sobre casos confirmados por raza, 12 estados no han publicado datos sobre muertes por raza y 48 estados no han publicado datos sobre pruebas por raza, desde que se publicaron estos datos.

Los senadores Elizabeth Warren de Massachusetts, Cory Booker de Nueva Jersey y Kamala Harris de California junto con los Representantes de la Cámara Robin Kelly de Illinois y Ayanna Presley de Massachusetts — todos de estados fuertemente golpeados por COVID-19 — les insistieron al Departamento de Salud y Servicios Humanos a revelar datos raciales sobre las pruebas y el tratamiento del virus en una carta enviada al Secretario de H.H.S. Alex Azar el 27 de marzo.

“Aunque el COVID-19 no discrimina a lo largo de las líneas raciales o étnicas, las disparidades e inequidades raciales existentes en los resultados de salud y el acceso a la atención médica pueden significar que la respuesta de la nación para prevenir y mitigar sus daños no se sentirá por igual en todas las comunidades,” escribieron los congresistas. “La falta de información exacerbará las disparidades de salud existentes y dará como resultado la pérdida de vidas en comunidades vulnerables”.

Más de un mes después, los hechos respaldan su afirmación: aunque los estadounidenses negros representan solo el 13% de la población de los estados que hasta ahora han reportado información racial y étnica, representan casi el 34% de todas las muertes de COVID-19 en esos estados, según el Centro de Recursos del Coronavirus de la Universidad de John Hopkins. Y, incluso en los estados que han hecho que algunos datos estén disponibles, falta muchos datos o se retienen.

Georgia solo tiene datos sobre raza para el 40% de sus casos; la directora de comunicaciones del Departamento de Salud de Georgia, Nancy Nydam, dijo que parte del problema se debe a que la información fue omitida en muchos formularios de informes médicos, proveedores de atención médica y centros de pruebas.

En Pensilvania y Massachusetts, que en la actualidad tienen más de 110,000 casos y 6,000 muertes, les faltan datos sobre la raza del 50% al 70% de sus casos porque muchos proveedores de atención médica nunca presentaron informes completos que incluyan el origen étnico. En Arizona, donde el 31% de la población es LatinX, y los americanos nativos, negros y Asiáticos representan el 5,3%, el 5,1% y el 3,7% de la población, respectivamente, la raza y el origen étnico son desconocidos para el 36% de los casos de coronavirus en el estado.

Mientras tanto, el condado de Los Ángeles, California, tiene 23,142 casos confirmados, pero su departamento de salud enumera 10,174 (44%) como “bajo investigación” debajo de la columna demográfica de raza y etnia.

Algunos funcionarios de salud pública afirman que gran parte de la culpa de la información incompleta sobre los datos raciales del COVID-19 del país puede recaer en el gobierno federal, ya que nunca declaró requisitos estándar sobre lo que los departamentos de salud estatales debían incluir en sus datos. La respuesta severamente retroactiva del gobierno federal ha llevado a algunos expertos en el campo a creer que esto ha creado una atmósfera en la que los estados pueden evitar la responsabilidad al elegir qué información quieren divulgar al público.

En un raro vistazo de buenas noticias, muchos estados cada vez están haciendo más disponibles que los datos de raza sobre las muertes por coronavirus. Hace más de dos semanas, solo un tercio de las muertes de COVID-19 mencionaban una etnia conocida, pero para el 30 de abril, los datos raciales sobre el 82% de las muertes de los estados que proporcionaron este tipo de datos estuvieron disponibles.

El Coronavirus está destacando problemas sistémicos

Los casos de coronavirus que sobrecargan hospitales, médicos y enfermeras, junto con una presión cuestionable para poner fin a los protocolos de distanciamiento social en todos los estados, resaltan el problema más amplio de resolver las disparidades socioeconómicas y de salud a lo largo de las líneas raciales y étnicas arraigadas por el racismo generacional institucionalizado.

“Estas disparidades son reales, son profundas y están costando un precio terrible”, dijo el Dr. Clyde W. Yancy al New York Times. El Dr. Yancy, quien es jefe de cardiología en el departamento de medicina de la escuela de medicina Feinberg de la Universidad de en Northwestern, publicó un artículo en línea en El Diario de la Asociación Médica Americana sobre la desafortunada conexión entre los negros y COVID-19. Él se crio durante la segregación en Baton Rouge y ha estudiado las desigualdades raciales de la salud durante gran parte de su vida.

“Si alguna vez hubo un momento para hacer un grito de guerra, hacer un llamado de acción, hacer una llamada de atención, debería haber un momento de epifanía en este momento”, dijo Yancy. “Y esa epifanía debería ser: esta no es la forma en la que una sociedad civil debería permitir que su población exista.”

English version, by Trevor Kane

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