Viajar con bicicleta

Pérez Paula
Gran Alerce
Published in
2 min readAug 2, 2016
Parque Nacional Conguillio

El verano pasado dos amigos y yo decidimos irnos a pasar unos días al Parque Nacional Conguillio (Región de La Araucanía), como yo era la única que había ido antes y sabía lo agotador que podía llegar a ser recorrer el parque caminando, les propuse llevar nuestras bicis.

Desde un comienzo la idea pareció genial. Llevar nuestras bicicletas desarmadas en el bus y armarlas al llegar a cualquier lugar para salir a recorrer, ¡Perfecto! Sin embargo, no contábamos con la astucia de las líneas de buses que te cobran por el “sobrecargo” que es llevar una bicicleta desarmada, y así pasó en cada terminal y en cada bus al que nos queríamos subir, en todos nos decían que era un problema llevarlas, aunque los maleteros tuvieran espacio de sobra.

La experiencia de recorrer un parque nacional pedaleando es fantástica. Es demasiado entretenido y todo el tiempo que te ahorras en traslados se puede aprovechar admirando el paisaje, tomando un mate, riendo con los amigos.

La bici y yo

Y a pesar de que los auxiliares de los buses te dicen que es un problema llevarla y te cobran por el “sobrecargo”, es una práctica que recomiendo hasta el fin.

Ojalá todos pudiéramos llevar nuestras bicicletas al viaje todas las veces que queramos, no solo a parques, sino también a ciudades, campos, islas, etc. Siempre es buena compañera la bicicleta.

¡A Motivarse y pedalear!

Aquí una foto de nuestro viaje, mis dos lindos amigos y yo, la mas guapa… ah, y las tres bicicletas poderosas

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