Y tú, ¿te acuerdas de tu primera vez? Diciembre para nosotros no solo era el último mes del año, era el comienzo de una idea que surgió de Marta y que estaba a punto de hacerse realidad.
Jueves 2 de diciembre de 2021. 5am, con la motivación y ganas como si fuera mi primer día de clase. Mochila preparada la noche anterior, outfits alternativos incluidos, emoción. Había viajado antes a BCN, pero esta vez no era para estar de paso, era para ver y vivir por primera vez el espacio de GroundInn “Club71 🏢”. Pasaron cosas, perdí mi tren en Atocha, el día ya pintaba a memorable (si lo llego a saber, quizá hubiera sido la oportunidad de comprar lotería). Llegué en el siguiente tren y pude sumarme a Paco en Sants. Metro y paseo andando. Era como si me encontrara con Barcelona por primera vez, mirando hacia arriba en cada calle.
¡Menuda maravilla de edificios! Cada uno diferente, con su encanto y pensé “con estas vistas, me encantaría venir a trabajar todos los días”.
Calle Bailén 71 bis, 4–5. Y llamas a la puerta y te abre la sonrisa de Marta, brilla. Todo se ilumina, el espacio y las sonrisas. Se respira una mezcla de estreno, calma y nervios. Hicimos café (mucho), ultimamos los detalles y comenzaron las visitas a cuenta gotas. Conocí al último integrante que me faltaba, Juan. Comienza la sesión de fotos y con ello el tour improvisado probando cada estancia del espacio permitiendo a la fotógrafa hacer su trabajo. Conversaciones, comentarios sobre el espacio, “luz, práctico, diáfano, acogedor, hogareño, familiar…” y nos preguntamos entre nosotros ¿y tú, cómo llegaste aquí?
Es lo que más disfruto de GroundInn, el cúmulo de casualidades que nos llevaron a formar parte de este día, de este comienzo de proyecto.
Nos hacemos las fotos, el equipo, las que no iban a ir de blanco y los invitados. Termina la sesión de fotos. Recogemos un poco y descanso para comer.
Evento. Cuando preparas algo para otros nunca te parece suficiente, ni demasiado. Fátima lo tenía todo bajo control. Nada improvisado, todo seleccionado con detalle, con amor, con mucha ilusión. Preparamos tarjetas, de agradecimiento para los asistentes. Cambios de zapatos, chapa, pintura y … “¡llaman!”. Llegan los primeros.
Lo siguiente que pasa a continuación se llama AMOR.
Amor y agradecimiento por todo el apoyo que recibimos en el estreno. Amor propio para el trabajo previo del equipo, donde pudimos ver hecho realidad el concepto de Club71. Amor por todas las personas que llegaron, las fotos, los mensajes y la felicidad de poder juntarnos y compartir (con mesura) esta gran apertura.
Fue nuestra primera vez de muchas. La primera vez nos da miedo la incertidumbre, el no ser lo suficientemente buenos. Pero sin duda lo que todos recordamos de nuestras primeras veces es haber superado todos esos miedos, preguntas y vernos capaces de mejorarnos. Gracias una vez más.
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