Cómo el Growth Hacking se transformó en mi terapia
Soy publicista desde hace 8 años, trabajé en unas 5 agencias. Cofundé 3 de ellas. Tenía un buen sueldo, estaba muy cómodo, un hermoso departamento y la soltería me caía bien.
Pero de a poco, hubo algo que me desanimó, algo que no me dejaba ver con claridad porque c*rajo me rompía el lomo trabajando en publicidad. Pensé que era el desamor o el odio por el exceso de trabajo. Pero me di cuenta que era porque había perdido mi norte.
Son esos minutos en la vida donde quieres que todos se vayan a la mierd*
Hasta me llegué a cuestionar que c*rajo significaba que una persona tuviera un puesto de “creativo”, lo encontraba sublevado, pasado a laureles. Pero quizás fue porque no me di cuenta que su verdadero significado no estaba enfocado en el sustantivo, sino en el resultado de sus soluciones.
Pero eso lo descubrí con el tiempo. Cuando me despedí de las agencias, cuando conocí a mi mujer y comenzamos a viajar. Hasta llegar a la ciudad eterna: Roma. (abajo una foto con mi mujer en circo massimo, disfrutando del invierno romano)
No planifiques, simplemente prueba
Cuando tomamos la decisión de quedarnos en Roma, lo primero que se me vino a la cabeza, fueron incertidumbres y un miedo que me tenía paralizado. Me atacó el pánico “pero hueón, yo no hablo italiano… ¿y en que chucha trabajo ahora?… tengo cuentas que pagar, necesito trabajar… trabajar… trabajar” — salir de la comodidad.
Ahora les explico porqué no hay que tener pánico ni planificar, sino que comenzar a probar hasta encontrar resultados.
Mis conocimientos en el área digital son amplios, y tengo la confianza de hablar del tema sin dudas. Así comencé a buscar trabajos de freelancer. Conseguí uno para Francia, Chile y Miami, lo que me trajo un dineral para sostenerme un par de meses y me dio tiempo para probar dónde encontrar la estabilidad — volver a la comodidad.
Así opté por acercarme a Luiss Enlabs, una aceleradora de startups italiana, para conocer cómo era el ambiente del emprendimiento en Italia y para comenzar a generar contactos.
Como no tenía dominio del italiano, hablé en inglés, pensando que en tecnología y marketing existe esta relación, y para mi sorpresa me abrieron las puertas sin pensarlo, después me di cuenta que era porque nadie hablaba inglés más que Giulio, el encargado de proyectos internacionales, mitad Japonés, mitad Milanes y muy ansioso de hablar de inglés. Créanlo o no ya estaba comenzando a hacer pruebas, principalmente con el idioma, y estaba dando resultados.
Esta visita y mi hambre por encontrar más gente de mi misma área, me llevó a eventos de crowdfunding y de otras temáticas similares. De a poco fui observando una necesidad de los emprendimientos, por saber más del mundo digital, de mi mundo, este fue el primer rayo de luz hacia mi norte.
La iluminación
Ya tenía más o menos una idea que quería hacer (pero la ansiedad seguía molestando como mosquito en la oreja). Me iba a dedicar a buscar diferentes emprendedores que quisieran hacer crecer sus proyectos. Cómo ya tenía un background de conocimiento y práctica en publicidad, lo único que tenía que hacer era aplicar estos mismos conceptos.
Uno de esos días, de armar presentaciones y recolectar tarjetas, me metí a revisar el correo, y en un click apareció ese mensaje.
El correo era de Udemy y decía más o menos así: “Cursos que te recomendamos… bla bla bla… “Growth Hacking”.
¿Qué es eso de Growth hacking?. En ese minuto sonaba a marketing y a un tema de rock, lo revisé y comencé a leer. Me compré 2 de los 3 libros que hablaban del tema en esa época.
Growth Hacker Marketing: A Primer on the Future of PR, Marketing, and Advertising
Growth Hacking — A How To Guide On Becoming A Growth Hacker
Así fue como conocí a Andrew Chen, Ryan Holiday, Sean Ellis, Noah Kagan, Neil Patel, entre otros muchos expositores de este concepto. Y fue en ese minuto, cuando entendí que había un norte para esta carrera de publicista digital, que había perdido su rumbo.
El decálogo
Ya ha pasado más de un 1 año y medio cuando comencé esta aventura con el Growth Hacking, lo utilicé como el remedio para solucionar todas mis dudas que tenía con mi carrera, me enfoqué en comprenderlo y llevarlo a la práctica.
Fue así también, como cree el blog growthhacking.cl, que ya cuenta con más de 1.200 inscritos en un año. Escribí mi primer libro “La Máquina para las Pymes de Hoy (Growth Hacking Marketing)” y además me he dedicado a ayudar a diferentes startups a encontrar las ideas y técnicas que les ayuden a crecer.
En este campo, mi mayor reto ha sido DayBreakHotels, un emprendimiento italiano, que me dio la oportunidad de demostrar que existe una alternativa para hacer crecer una empresa, sin tener que derrochar miles o millones de euros, sino que utilizando principios básicos, que llamo el “Decálogo del Growth Hacking”:
- Los prejuicios no sirven.
- Nadie, pero nadie se casa con un solo medio.
- Prueba todo y si funciona utilízalo hasta que se sature.
- Cambia cuando tengas que hacerlo.
- Crea tus métodos y mejóralos siempre.
- Parte por un grupo pequeño.
- No hagas TODO lo que te dicen tus clientes.
- Busca resultados creativos.
- Explica siempre todo de manera simple, sencilla y principalmente CLARA.
- Tu único norte tiene que ser siempre CRECER!
Nota: Muchas de estas ideas son discutibles, pero son las que me han ayudado en este proceso, de volver a encantarme con lo que me apasiona, aprender más de la comunicación y la tecnología.
Hoy ya tengo el manejo básico del idioma italiano, por lo menos en un nivel que me sirve para conversar y disfrutar mi estadía en Roma. No se si todo esto se dio por algo, creo que simplemente dejé que pasara.
La vida está para adelante nunca para atrás.
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