Trabajo en una organización donde nos cuidamos

Por Mateo Tojeiro

Este artículo fue escrito el 20/05/2020, plena cuarentena en Argentina por el Covid-19

¿Cómo surge este artículo?

En esta situación tan particular de la humanidad, acá en Argentina estamos en cuarentena desde hace ¿60 días? y, aunque de a poco se está ampliando y flexibilizando (que ya es ¿sexcuentena?), aún seguimos en casa. Trabajando en casa, me siento afortunado y privilegiado.

Así, con estas necesidades básicas cubiertas, surgen en nuestra organización una serie de actividades e iniciativas que, emergentes o diseñadas, están sucediendo. Y quise escribir sobre esto, sobre cómo nos cuidamos en Grupo Esfera.

Lo emergente y lo planificado

Mientras transcurrían estos días tan especiales, espontáneamente comenzaron a surgir iniciativas de contacto, de conversación, de encuentro. De pronto teníamos una sala virtual de almuerzo, o una sala virtual de “ante-cocina” (un lugar físico de nuestras oficinas ahora virtual) para que cualquier persona, en cualquier momento, pase por ahí a tener una charla de café (o mate).

Al mismo tiempo, diseñamos actividades específicas de cuidado y prevención, de chequeo. Queríamos asegurarnos de que todos los equipos y todas las personas de la organización se encontraran en buen estado, tanto en lo personal como en lo laboral.

¿Cómo es nuestro caldo de cultivo / ecosistema?

Estas prácticas no surgen de la nada, sino que existe un ecosistema que las fomenta y que permanece desde el nacimiento mismo de Grupo Esfera. Para quien no nos conoce, aprovecho para contarles que nuestra organización funciona con una estructura bastante horizontal, donde los equipos son responsables de muchas más cosas que simplemente hacer delivery de software, o capacitaciones, o consultoría.

Tenemos un Equipo de Gestión de Servicios (EGS) que se encarga, entre muchas otras tareas, de cuidar la salud de los demás equipos de la organización. Esta metáfora me gusta: en el centro de la organización conviven los equipos, y en la periferia contenedora el EGS.

¿Qué hicimos concretamente?

En este contexto de alta incertidumbre, de cambios profundos en nuestras rutinas laborales y personales, de mayor vulnerabilidad individual y colectiva, empezamos a tener una serie de charlas por equipo, en las que pudimos hablar en profundidad, con cada persona de la organización, sobre el estado de bienestar o malestar en el que se encontraban. Necesitábamos saber si existían necesidades insatisfechas sobre las que pudiéramos actuar.

Para iniciar la conversación hicimos algunas preguntas laborales: ¿cómo es tu entorno laboral en tu casa? ¿cómo está hoy la relación entre los clientes y el equipo? ¿están pudiendo entregar valor frecuente? ¿existe alguna situación que haya desmejorado o emergido de este cambio en la forma de trabajo?.

Para pasar después a la vida personal de cada persona: ¿cómo estás viviendo esta cuarentena? ¿cuál es tu red de contención? ¿con quién/es viven?.

¿Qué observamos?

Muchas experiencias diferentes, subjetivamente distintas. Nos imaginamos que sólo íbamos a escuchar pesares o molestias. ¡Nos sorprendimos!

Sin preguntarlo inicialmente, nos dimos cuenta que habían situaciones que eran mejores que antes: la relación con los padres, con la pareja, con los hijos y también la relación consigo mismos, mismas. Alguna persona decía que al fin tenía tiempo para leer ese libro o mirar esa serie que había postergado. Estaban quienes encontraron una rutina de ejercicios físicos para hacer o descubrieron un nuevo hobbie cocinando. Entonces además de escuchar las pálidas, también nos detuvimos a preguntar y conversar en equipo, los aspectos positivos que estaban emergiendo a partir de las restricciones actuales.

Lo más importante

La pregunta más amplia y también la más importante que nos hicimos: ¿qué estás necesitando? ¿necesita algo este equipo?. Muchas personas respondían que por el momento estaban pudiendo resolver sus situaciones. Encontramos necesidades fáciles de resolver como transportar una silla cómoda de nuestra oficina a su casa, o el teclado inalámbrico, o unos headset para trabajar en casa. También encontramos algunas personas con situaciones específicas de mayor complejidad, entonces recurrimos a nuestra red de contención como organización: fuimos a buscar ayuda profesional psicológica.

El moño final

Qué importantes son nuestros clientes que nos brindan la oportunidad de trabajar, y agrego algo que me resulta paradójico: si no estamos bien en lo personal, no podemos hacer cosas buenas para ellos.
Lo que más me gusta de trabajar donde trabajo, es que hay un cuidado por las personas como en pocos lugares encontré en mi vida profesional. Nos cuidamos entre todos y entre todas. No nos podemos dar el lujo de dejar eso en manos de un departamento, porque no sólo la organización cuida a los equipos, también los equipos cuidan a la organización entregando un servicio de alta calidad y atendiendo la relación con el cliente. O los coaches que ayudamos en retrospectivas internas para saber cómo estamos. O como hacemos muchos, sin roles ni jerarquías, cuando vemos a alguien con cara larga lo invitamos a charlar en el pasillo, o en una videollamada ;)

Trabajamos profesionalmente y nos vinculamos humanamente.