‘Canto yo y la montaña baila’, la deslumbrante naturaleza

Sheila López
Revista Grupo Salvaje
3 min readNov 4, 2021

En esta novela, ganadora del Premio Llibres Anagrama de Novel·la 2019, Irene Solà recorre leyendas, memoria y recuerdos a través de la voz del ser humano y la naturaleza.

Agitar el panorama literario nacional es algo que se consigue muy pocas veces. A menudo, cuando esto parece ocurrir, la expectación que se forma alrededor de la novela en cuestión y las expectativas de quiénes se ponen al servicio de las obras son más grandes de lo que cabría esperar y, al final, todo termina quedando en un intento de agitación del panorama narrativo.

Con Canto yo y la montaña baila esto podría haber sucedido perfectamente. Los comentarios acerca de esta novela se fueron sucediendo como la pólvora y el nombre de Irene Solà se multiplicaba en publicaciones y redes sociales. La conclusión que podemos extraer de todo esto es que, esta vez y contra todo pronóstico, el panorama literario sí se había agitado realmente.

Canto yo y la montaña baila es una continua sorpresa. Página tras página, todos los elementos que aparecen tienen voz, algo que decir, y el protagonismo se distribuye entre mujeres y hombres, entre animales diferentes, elementos naturales y fauna. Todos ellos tienen algo que decir y un espacio en esta novela. Ambientada en los Pirineos, entre Camprodom y Prats de Molló, la experiencia de la lectura se convierte casi en un viaje por leyendas y mitos, en el que la forma de los párrafos no es lineal ni convencional.

Solà dibuja los capítulos en un contexto montañoso, en el que la naturaleza es la más grande de las protagonistas. Un lugar en el que la imaginación y la belleza encuentran su sitio a través de siglos cargados de guerra y pelea, de fanatismo vacío y de ignorancia. Aquí, el narrador no es único. Cambia para dar forma a la historia, donde hasta el elemento que más se puede pasar por alto toma la palabra y hace avanzar la narración.

Aquí, aquel que tiene algo que decir no se queda sin decirlo. Todos tienen un espacio en las páginas de Canto yo y la montaña baila. Irene Solà dibuja aquí diferentes reflexiones sobre la memoria y el recuerdo, al paso del tiempo y a cómo su valor es diferente en función de en qué momento nos encontramos, o incluso en qué lugar estemos.

Canto yo y la montaña baila es un recordatorio de que nuestro tiempo aquí es efímero. De que, quizá, nos creemos invencibles al tiempo que vamos cambiando y evolucionando hasta llegar al inevitable final. Y, una vez llegado ese momento en el que cerramos los ojos y no los volvemos a abrir, aunque nosotros ya no estemos aquí, la naturaleza seguirá creciendo.

‘Canto yo y la montaña baila’ (Irene Solà, 2019)
Editorial Anagrama / todostuslibros.com
ISBN: 978–84–339–9877–4
200 páginas
16,90€

--

--

Sheila López
Revista Grupo Salvaje

Escribo sobre viajes y literatura, pero también hago fotografías en analógico y en digital.