‘La violeta del Prater’, la mano del tintorero

Antonio Sánchez Marrón
Revista Grupo Salvaje
3 min readMar 2, 2021

Acantilado añade a su catálogo otra de las obras del novelista británico Christopher Isherwood, uno de los más importantes de su generación.

«Fue como si dos eremitas hubieran sido trasladados de su cueva en las montañas a una estación moderna de ferrocarril». Con esta sentencia, parece como si Isherwood hubiera querido simplificar o reunir de una forma directa y concisa las emociones que despierta la lectura de La violeta del Prater, una novela corta publicada en 1945 y que la editorial Acantilado recupera añadiéndola a su catálogo a obras ya editadas del autor británico: Adiós a Berlín (1939), El señor Norris cambia de tren (1935) o la que se convirtió en su obra más celebrada, Un hombre soltero (1964), bien conocida por la adaptación que de ella llevó a la gran pantalla, décadas después, Tom Ford en una película interpretada por Colin Firth y Julianne Moore.

No fue la primera vez que el cine se fijó en las líneas de Isherwood. Bob Fosse adaptó al novelista en su laureada Cabaret (1972) prestando especial interés a la forma e intenciones de una de las protagonistas de Adiós a Berlín: Sally Bowles. El cine gira alrededor de los actos expuestos en las páginas de la obra que nos ocupa. La prosa de Isherwood eclosiona y vaticina las llamas de un continente. Es en La violeta del Prater cuando más se siente lo que sucederá cuando Europa salte en pedazos mientras dos hombres, de procedencias dispares, se afanan por preparar un proyecto cinematográfico de dudoso fin.

A través de la relación que se establece en un peculiar triángulo psicológico (lector-Isherwood-Bergmann), el autor despieza la memoria del tiempo a evento pasado. Justo en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, Isherwood dibuja el panorama de una Europa a punto de caer en las manos de Hitler y sus acólitos. A través de la mirada de un peculiarísimo director Friedrich Bergmann y el guionista Isherwood, el lector se convierte en el tercer eremita de un mundo que contempla en incipiente destrucción. Uno, un cineasta judío-austríaco que acaba en Inglaterra habiendo dejado a su familia atrás. Otro, un escritor que salió de Berlín y vuelve a su Londres natal. Y nosotros, lectores, conocedores irredentos de la realidad del pasado inmediato.

Una novela sobre lo destructivo de un proceso creativo, en todas sus facetas. Sobre lo paradójico de esos diminutos espacios donde enormes localizaciones cobran vida. Donde la enormidad de un rodaje cinematográfico contrasta con la pequeñez de los lugares donde la materia prima del arte comienza a desarrollarse. En este caso concreto, de lo que plantea Isherwood en esta doble mirada que expone en La violeta del Prater. Egos, peleas, gritos, luces que se modifican, cámaras a las que abrazar, familias rotas, futuros que transcurren dando pequeñísimos pasos en mitad de una cuerda a punto de quebrarse.

La violeta del Prater (Christopher Isherwood, 1945)
Editorial Acantilado / todostuslibros.com
ISBN: 978–84–18370–17–5
128 páginas
14,00€

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Antonio Sánchez Marrón
Revista Grupo Salvaje

“Relating a person to the whole world: that’s the meaning of cinema”. (Andrei Tarkovsky)