¡Lo vas a lograr!
Lo siento, no tienes otra opción.
El otro día, charlando con un amigo, le pregunté como tenía planificada la parte presupuestal de un proyecto que está emprendiendo. “No lo tengo muy claro”, me dijo, “pero sé que mis padres me van a dar lo que necesite.”
A esto yo lo llamo jugar con red. Y, lejos de ser una ventaja, estoy convencido de que es un gran obstáculo hacia el éxito. Creo que es lo peor que te puede pasar si eres emprendedor, o si buscas crecer en tu carrera.
Jugar con red elimina la presión. Reduce la importancia de los deadlines. Destruye la motivación. No existe nadie más motivado que aquel que no tiene más remedio que lograrlo.
La mayoría de personas que he visto fracasar, lo hicieron porque nunca les apretó la vida. Siempre tuvieron un colchón. Siempre pensaron en un plan B que les distrajo del plan A. Ese colchón, llámese dinero de papá, llámese trabajo garantizado, llámese pareja que te mantiene, tiende a convertir a cualquier profesional en mediocre.
Un jefe — uno bueno — me dijo una vez, “nunca contrates a nadie que no necesite trabajar”.
Cuando tu única solución posible es alcanzar tus metas, eso es exactamente lo que haces. ¡Porque no te queda de otra! De no ser así, la miseria que te aguarda es espantosa. Y te da el suficiente miedo como para mover cada una de tus acciones. Marta García decía la semana pasada en mi podcast que al ser humano le mueven dos drivers: acercarse al placer y alejarse del dolor. Cuando el dolor de no lograrlo no parece tan terrible, el placer de procrastinar gana la batalla.
Si eres de los que juegan sin red, si estás arruinado o no tienes un plan B, sabes bien de lo que hablo. Sabes que tu única salida es lograrlo. Si no lo logras estás perdido, y esa es precisamente tu mayor ventaja competitiva. Tu mayor poder. Estás tan decidido a alcanzar tus metas que no importa cuanto tardes, el universo se va a poner en fila para que lo consigas.
Entiende bien lo que te estoy diciendo: no tener una red de seguridad es lo mejor que podía pasarte.
Te saca inmediatamente del montón. Eres un luchador, un superviviente. Y los supervivientes hacemos cualquier cosa por llegar a la orilla, por salir de las llamas. Por respirar. Talamos árboles, derribamos muros, escalamos montañas. No solo porque queremos, sino porque no tenemos alternativa.
Los grandes hombres y mujeres de éxito de nuestra historia eran, en su mayoría, de origen humilde. El creador de GoPro durmió durante un año en su coche para poder ahorrar los 10,000 dólares que necesitaba para montar su empresa. Para construir su sueño. Le movía la pasión, sí, y sin duda le movía la falta de alternativas. No tenía red, no tenía un colchón, no tenía un plan B que desviara su atención de la meta. Pero sí una fijación obsesiva, enfermiza, por llegar a la meta. Y exactamente por eso lo consiguió.
Si debajo de ti hay un abismo, vas a hacer lo posible por no caerte. Te vas a agarrar con los dientes, y vas a sacar fuerzas de donde no te quedan, por llegar al otro lado. Superarás tus límites cada vez que sea necesario. No tener red será el principal motivo por el que no te caigas.
Así que levántate. No es ninguna desgracia que no cuentes con esa ayuda extra que tanto crees necesitar. Eso es lo que está forjando tu carácter. Es lo que está haciendo que vayas como una flecha hacia el éxito. Que aún no lo hayas logrado no quiere decir que no vayas a hacerlo.
Cada día, cada paso, estás un poco más cerca de la meta. Nunca te rindas.
¡Lo vas a lograr! Lo siento, pero no tienes otra opción.
