El sueño de democratizar la salud visual Parte 1 [MEDTECH]

Gabriela Galilea
Hallucina
Published in
4 min readJan 2, 2015

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Arrancaba el 2014 con un bloque en el programa Check In de radio Urbana de la mano de JJ del Puerto, donde por primera vez quisimos dedicar un segmento semanal a esto que se llaman startups, tecnología y vivir de lo que nos gusta (queríamos expandir lo que ya veníamos escribiendo hace un par de años en este mismo blog). Compartimos las historias de todos los que decidimos saltar al vacío y animarnos a cumplir nuestros sueños. Y nos asombrábamos con las noticias del mundo tech y las fabulosas ventas de apps como Whatsapp.

No te voy a mentir, cada vez que contaba una de estas historias una voz adentro mio decía “yo quiero hacer lo mismo”. Quería ser una founder negociando una inversión o teniendo el “tupé” de decirle a Facebook “no”, ni tu millonaria oferta me va a asombrar lo suficiente como para venderte mi super bajada app.

Las historias de los super nerds del Silicon Valley me tentaron a mi también. Pero lo que mas me inspiraba era leer las disrupciones que se estaban haciendo en medicina, en pocos años toda la industria podría ser accesible con un solo click, cuantas vidas se salvarian!. Finalmente mi espíritu rebelde e incapaz de sostener una vida tradicional encontraba un “sueño del pibe” lo suficientemente improbable como para tenerme suspirando todo el día.

Este blog siempre me había servido como un caño de escape, como un espacio de exploración e inspiración. Y ahora se sumaba la radio. Y mis ganas de hacer algo grande realmente crecía.

Me acuerdo que, en el afán de sumar mas contenido global y de calidad a Hallucina, había entrevistado a un par de startups de España y Canadá. De estas entrevistas saltaron conceptos que aun necesitaba profundizar. Así me encontré con un seminario llamado Startupcamp Latam, que reunía a speakers de todo el mundo a dar charlas sobre lo mas basico que tenes que saber sobre startups, pero que yo no manejaba: aceleración, lean, investment, etc. Lo mejor de todo es que era online, no tenia que viajar para acceder. Me puse en contacto con los founders, les explique que escribía sobre startups y les pedí un pase de prensa.

Dos semanas después, estaba colgada 24 horas a la compu escuchando las conferencias a través de una plataforma llamada Wormhole. A través de esta herramienta uno podía acceder virtualmente al congreso que tenia como una ilustración en el home de varias salas de charlas (chat incluido) en diferentes horarios y con diferentes temas. Así que uno podía decidir a cual entrar. Resultado: me explotó la cabeza.

Allí descubrí que no podía seguir en Paraguay, tenia que ponerme a la altura del mundo, tenia que aprender mucho mas y codearme con los mas grandes.

Ya había escuchado un par de veces la palabra aceleradora. Había investigado a programas de aceleración como Wayra y 500 startups. El hecho de que te den dinero para ejecutar una idea y encima te entrenen me parecía fabuloso.

Finalmente desistí a mi idea original de hacer un MBA, ya no tenia sentido. Ahora no solo podía estudiar “hands on” sino que ademas, me iban a becar para que abra mi propio negocio.

En esos meses habíamos sumado un nuevo blogger, Santiago García. Por esas casualidades o causalidades de la vida, Santi conocía a Ma. Paz Acosta, una paraguaya que trabaja en el programa de pre aceleración llamado Techpeaks, con base en Trento-Italia. Como el segundo batch o camada estaba por ser seleccionado y se había abierto una convocatoria a nivel mundial, Paz le habia pasado un link a Santi con la esperanza de que algun paraguayo se presente.

Cuando Santi me pasó la info, yo no dude un segundo. Era exactamente lo que estaba buscando: un programa que aceptara a emprendedores que todavía no tenían una idea y mucho menos un equipo, pero si el perfil para hacerlo. Así que apliqué. Y luego de un par de entrevistas vía Skype quedé seleccionada.

No lo podía creer, era febrero del 2014 y yo debía estar en Italia a finales de marzo para quedarme durante todo el programa que duraba 4 meses con otros 50 talentos del mundo. Techpeaks se encargo de todo, de darme alojamiento, educación, mentores de primer nivel y un salario de 700 euros al mes por hacer lo que yo mas amo: emprender. Y en Techpeaks nació mi startup actual: Mr Patch, una app de diagnostico y tratamiento de enfermedades detectables a través de los movimientos de los ojos como estrabismo, miopía, amblyopia o hasta incluso Parkinsons.

Pasaron casi 10 meses de haber recibido ese mail de invitación a Italia que me iba a convertir en esa founder que yo soñaba. Fueron 10 meses inolvidables y extremos. A Italia le siguieron Startupbootcamp otro programa de aceleración en Copenhagen-Dinamarca, elegida como la mejor aceleradora de Europa y ahora Eyefocus (Berlin-Alemania), el primer programa dedicado exclusivamente a potenciar startups que buscan resolver algún problema relacionado a curar la ceguera y otras enfermedades de la visión.

Mi sueño de negociar inversiones se esta cumpliendo. Sin embargo, no tengo la mas mínima idea de que va a pasar. Esto de hacer una startup es un deporte extremo, en el cual te puede ir bien o mal. Sos un trapecista, caminando sobre el filo del abismo, cuidando que el miedo no te haga caer y tratando de mantener el equilibrio. La podes pegar o no. Podes ser el próximo Steve Jobs o quizás solo tu abuela se acuerde de vos. Hoy contas tus monedas para comer, mañana contas los dolares de una transacción. O fracasas y tenes que volver a la casa de tus padres. Todo, absolutamente todo es posible.

A pesar del costo emocional que implica vivir al borde de la caída todo el tiempo, yo creo que vale la pena. Hasta ahora. Como dice Drexler “ya esta en el aire girando mi moneda y que sea lo que sea”

Si querés saber como sigue esta historia y si esta chica lo logrará, no te pierdas la próxima entrega por este mismo medio ;)

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