Tu empresa es un ser vivo [IDEA]
En estos días estuve hablando con varios conocidos dueños o trabajadores de alguna empresa, y cuando les pedía que me describan el funcionamiento de la empresa siempre utilizaban analogías mecanicistas del tipo “funciona todo bien aceitado”, “todos los engranajes giran bien”, “está todo programado para que funcione sin mi presencia”, “no necesito controlar cada detalle, todo funciona como un reloj”.
Estamos acostumbrados a ver a las máquinas como los mecanismos más funcionales, de modo que si todo está bien, la máquina funciona bien, y si alguna de las partes tiene un problema, la máquina no funciona bien. Y las empresas muchas veces son vistas desde este punto de vista, y si bien la segunda parte de la oración es correcta, no lo es la primera.
En una empresa si una de las partes funciona mal, generalmente el resto de las partes también lo hará, en este caso la analogía mecanicista es correcta, y debes asegurarte que cada parte sea funcional.
Pero el hecho de que todas las partes estén funcionando no quiere decir que la empresa también lo hará, y esto es debido a que tu empresa no es una máquina, es un ser vivo. Crece, se achica, se deprime, se acelera, y más que partes de una máquina, cada uno de los trabajadores es uno de los órganos, todos deben estar bien.
Un ejemplo puede apreciarse al entrar en una empresa, la secretaría puede sonreírte y saludarte, también podría ignorar tu presencia y seguir trabajando, o hasta responder agresivamente. Una máquina siempre responde del mismo modo, un ser vivo no lo hace.
Y ésta es la principal diferencia entre una máquina y un ser vivo, una máquina puede ser controlada, manipulada, apagada y prendida a merced, un ser vivo no, lo que puedes hacer con un ser vivo es manipular el ambiente y sus recursos para que trabaje más efectivamente, pero esto no quiere decir que lo hará. Hay más detalles que cuidar, y cualquier ilusión de control total que tengas no es más que eso, una ilusión.
Una máquina no necesita ser motivada, tus trabajadores si; una máquina no necesita premios, tus trabajadores necesitan refuerzos positivos; castigar a una máquina sería ridículo, sin embargo que tus trabajadores se sientan castigados es muy fácil y común.
La clave para controlar efectivamente a tus trabajadores, colaboradores o ayudantes es saber reconocer sus fortalezas y debilidades, y trabajar en torno a ellas, aumentando las primeras y reduciendo lo segundo. De modo que la próxima vez que te pregunten como funciona tu empresa puedas decir “cada órgano está funcionando al 100%”.