El hábito de agarrarse el vientre

Tengo algunos hábitos. Los que aprendí porque tuve, los que practico porque me gustan, los que no entiendo pero no puedo evitar. Siempre entro a reuniones importantes con el pie derecho; compro la crema dental, los jabones, las máquinas de afeitar, las curitas, los cepillos y los lapiceros negros al por mayor; no doblo las medias limpias, sino que las enrrollo; escribo mi nombre, ciudad y fecha en la primera página de los libros que consigo; solo uso botines estilo Chelsea; me muerdo el costado interno izquiero de la boca; y también me gusta decir, en un grupo -pequeño, mediano, grande- de personas, que me duelen los ovarios. O el útero o las trompas de Falopio.