Seminario en Estudios de Población — Jueves 20 de junio

Apuntes:

Llego tarde. Entro y hay una mesita con café y dulces. El primer hombre ya está hablando desde hace un rato. Me siento y me ven extraño. Creo que es por el labial rojo. No me importa. Saco mi laptop y pienso que me he delatado porque tiene un sticker que dice “No Man’s Land”. Hago como si no me importara. El primer hombre menciona un término: “nivel de reemplazo”, y me mira. O creo que me mira. Les escribo por Telegram a Ana y Alejandra: “Esto es gráficamente espantoso. Un grupo de hombres viejos hablando de la reproducción de las mujeres”. Habla sobre cuándo las mujeres optan por tener su primer hijo y cuánto demoran en tener la familia que quieren tener. “Se puede sospechar de que hay una postergación de la decisión de tener un hijo”, dice. Lo odio. Cuento: 17 personas, 10 mujeres, 7 hombres. Cuento: 6 expositores, 5 hombres y una mujer. Luego me daré cuenta que la mujer no es peruana.

Cuando el primer hombre termina y va a sentarse, bromea su grupo de hombres con el otro grupo que está al frente de él al otro lado del salón: “Es tu chacra, tu hacienda”, le dicen al hombre que acaba de exponer. La chacra, la hacienda son su tema.

Han llegado dos mujeres más. Son jóvenes. Comienza el segundo hombre. Es él a quien he venido a ver. Les escribo a mis amigas por el chat: “Está por hablar Aramburú”. “Grábalo”, dice Alejandra. Los estoy grabando desde que llegué. “Hay que cambiar el proceso reproductivo”, dice él. Habla sobre el tiempo en el que las mujeres son madres. “Acaba de pasar algo maravilloso”, les cuento en el chat. “Aramburú casi se cae. Se tropezó con el cable [del proyector]. Creo que ha sido el espíritu de todas las mujeres, alucina”. Anoto en Word: “Un hombre se tropieza con un cable. Todos los hombres corren a recogerlo. Las mujeres se paran para solucionarlo”.

Cuando él habla, todas las mujeres mueven la cabeza en aprobación. “Se hace el feminista”, les digo en el chat. Alejandra me recuerda que es un viejo verde que se tira a sus alumnas. “El uso de MAC (Métodos Antionceptivos) subió del 59% al 71% de las mujeres unidas y el de métodos modernos…”. Los hombres hablan. Aramburú dice que le interesaría investigar sobre el noviazgo. Pienso: es un viejo verde, criollón.

La computadora sí se cayó cuando Aramburú casi se cae. Entonces, cuando el tercer expositor comienza, la laptop se apaga y, cuando se vuelve a prender, muestra una pantalla azul con un código en blanco:

“Está en chino”, dice una mujer y otra se ríe.

“No”, pienso.

“Está cargando”, dice un hombre.

Sí, efectivamente, estaba cargando.

Cuando la computadora vuelve a prender, todos se demoran mirándola.

Este tercer expositor trabaja para el Ministerio de Salud. Dice que la Endes 2018 dice que el promedio urbano es de 2.2 y el rural de 3.1. La Tasa Global de Fecundidad ha ido disminuyendo. Cuenta que hay limitadores (no tiene más hijos; si se adelanta, puede ser que lo aborte) y espaciadores (quiere tener un hijo más adelante; si se adelanta, es probable que lo tenga). Insiste en lo siguiente cada tanto: “por supuesto, la persona decide”. El primer expositor lo interrumpe y menciona el PNSRPF. Todos asienten porque están al tanto de l2o que ha pasado, pero nadie nombra con claridad qué fue lo que pasó. Yo no voy a exponerme. No les diré lo que sé. Pienso: se le ven los pelos en la calva. Él continúa: “La encuesta no incluye a mujeres menores de 15 años por temas legales”. Es decir que todas estadísticas oficiales sobre maternidad no pueden incluir a menos de 15 años porque ¿no es legal considerarlas madres? Continúa orgulloso: “Logramos que la gran mayoría sea parto institucional”. Bromea: “Ya no somos mamíferos, sino biberoíferos”. Insiste: “El programa es gratuito”, “No hay ninguna restricción”, “Las venezolanas pueden venir”. Llega una mujer más. Noto que siguen trabajando con la UNFPA.

Comienza el cuarto expositor: “Aquí están muchos de mis profesores”. Se ríe, es más joven. Insiste en reconocer que una de sus profesoras -muy inteligente ella- también está aquí. El cuarto expositor es de la UNFPA. Llega otro hombre. Escribo en el Word: “Ah, no, ya había un hombre más también”. Habla de la “litoralización de la población”. No pueden verme al rostro, no sé por qué. Habla de que la población de Huancavelica ha decrecido en 24%. Eso no había pasado jamás, dice. Solo había pasado antes en Ayacucho

“Litoralización de la población”

No pueden verme a la cara normalmente.

La población de Huancavelica ha decrecido en 24%. Eso no había pasado jamás. Solo había pasado antes en Ayacucho durante el Conflicto Armado Interno. Dice que hay más de 3 mil centenarios según el censo de 2007. Los evangélicos han crecido en 2.3%. Perú está en un debut como destino migratorio. El grupo de hombres, donde está la mayoría de expositores sentados, discute sobre cómo se decide dar a luz. Uno de ellos imita a una mujer y con una voz fina y burlona dice: “ponme en el calendario el 25”. Se ríe el resto.

Pienso: la mortalidad materna se tiene que ver por departamentos. ¿Quiénes no se están muriendo?

No hay datos de abortos. No puede haber porque no es legal. El cuarto expositor insiste en que los registros administrativos son muy importantes porque son más grandes que los registros oficiales. No puedo dejar de pensar en los papeles que quemaron luego de las esterilizaciones. No puedo dejar de pensar en que muchas mujeres no firmaron ningún papel. Tengo náuseas. Me tomo el café que ya no recuerdo en qué momento me serví.

Es el turno de la mujer finalmente. Pienso que nunca he escuchado su nombre. Es ecuatoriana. Pienso en irme en ese momento, pero me quedo a escucharla. Apenas termina, me voy.

Soy una mujer menos en esa sala.