Mediblemente irrelevante
En marketing y ventas a veces la ignorancia es una bendición
Todo el mundo lo sabe. Directores de mercadotecnia, de agencias y de negocios modernos. Incluso los directores financieros añoran que sea verdad y… lo es.
Estamos en la era más avanzada de automatización y medición de efectividad en la historia del marketing y de las ventas.
Así, ya podemos crear el añorado escenario en el cual alineamos, automatizamos y reportamos a detalle los resultados de casi todo lo que hacemos en marketing y ventas. Aún más importante, podemos ponderar cada acción frente al impacto que significó para el negocio. En resumen: “Qué bien, ahora podemos medir todo”
El otro lado de la moneda
Ante todas estas posibilidades, sucede que algunas agencias, directores de mercadotecnia y de negocios se resisten a esta imparable tendencia. Y es por la misma razón: “Maldita sea, ahora podemos medir todo”.
Ejemplos…
- ¿Qué tanto realmente funciona ese concepto creativo integral por el cual pagamos millones a una agencia internacional versus esa idea de uno de los vendedores que lanzamos internamente la semana pasada?
- ¿Qué tanto funciona para obtener buenos prospectos la página completa de esa revista premium en la cual hemos invertido los últimos cinco años?
- Nuestro imponente punto de venta sobre la avenida principal es el más importante activo de atracción de nuevos clientes… ¿verdad?
- ¿Cuánto dinero para el negocio realmente hay detrás de las visitas que recibe nuestro sitio web? Calcúlalo en ambos sentidos: ¿cuánto dinero invertimos para lograr esas visitas y cuánto de ello recibimos a cambio?
- ¿Cuánto dinero hay detrás de esos likes, shares o comentarios? Egresos e ingresos también, por favor.
- ¿Cuántos de los prospectos que recibimos son realmente calificados y cuántos están haciendo perder el tiempo más costoso de toda nuestra organización?
- ¿Cuánto espera cada uno de nuestros prospectos, desde que realiza su solicitud hasta el primer contacto de ventas? ¿dos horas, un día, una semana, la vida entera?
- ¿Qué tantas veces intentan nuestros vendedores contactar a un prospecto interesado que dejó de contestar? ¿Una vez, dos, tres, veinte veces?
- ¿Nos interesa automatizar una encuesta de servicio por cada venta, ganada o perdida?
Hoy podemos medir — con precisión nunca antes vista — nuestra excelente estrategia de marketing, lo deseable que es nuestro producto, el gran trabajo de nuestra fuerza de ventas… o su evidente irrelevancia.
Los que hoy producen los mejores resultados no les importa que esta información pueda incomodar a sus creativos, sus directores y su gente de finanzas. Aprender de ella es el único camino a mejorar los resultados de negocio.
¿Cuáles son los valores organizacionales necesarios para aprovechar este cambio de paradigma?
Una relación entre marketing y ventas basada en:
- Compromiso por los resultados, más que por los entregables.
- Humildad para entender que las buenas ideas son generadas por nuestro equipo pero finalmente juzgadas por el mercado.
- Agilidad para cambiar lo que no funciona
- Alineación entre los equipos de marketing y ventas (más de esto aquí)
Y por supuesto, una filosofía empresarial orientada al crecimiento, que integre a los departamentos de marketing, ventas, posventa y finanzas.