Comprando La Felicidad

Casa Matriz es la historia de una mujer que contrata a otra mujer para que sea su madre. Bárbara es una mujer de múltiples personalidades contradictorias que cobran vida a lo largo de la obra. La Madre Sustituta no es en realidad una madre, sino que desempeña el papel de madre para sus clientes que le pagan. Creo que la obra es un poco rara con muchas actuaciones extrañas dentro de la actuación. Bárbara parece loca en muchas de las escenas. Sin embargo, me gusta el final donde ella dice vagamente “Mama!”. El público no sabe si se está refiriendo a la madre suplente o al teléfono con su propia madre.

Creo que el significado detrás de Casa Matriz se relaciona con el tema de la autoimagen hoy. En muchos sentidos, las personas pagan por cosas para sentirse mejor acerca de sí mismas de la misma manera que Bárbara paga a una madre contratada para que atienda sus necesidades. Por ejemplo, muchas personas pagan para verse mejor en las redes sociales. O bien editan sus fotos para mantener una imagen o incluso pagan por más seguidores en sus cuentas. Aunque estos ejemplos parecen tontos, se relacionan mucho con la forma en que se usa la madre suplente en Casa Matriz. Las redes sociales han jugado un gran factor en la forma en que las personas se sienten acerca de sí mismas. Parece que Bárbara no tiene una madre para hacerla sentir como ella quiere, por lo que paga por una. En la sociedad actual, las personas sienten la necesidad de pagar por cosas para que parezcan completas. Además de pagar para editar o ganar seguidores, las personas también publican mucho sobre sus vidas en las redes sociales para que parezcan que viven vidas perfectas. A menudo veo publicaciones en Facebook sobre alguien que está teniendo un gran día en la ciudad con sus seres queridos, saliendo a comer y comprando cosas nuevas. Nuestra sociedad nos ha hecho creer que si mostramos nuestras vidas “maravillosas”, realmente hace que nuestras vidas sean completas. Obviamente, este no es siempre el caso y Casa Matriz lo ejemplifica. Aunque Bárbara ha pagado por la madre perfecta, ella nunca parece estar satisfecha con el trabajo de la madre sustituta. Todo esto demuestra que el dinero no puede comprar la felicidad.

(Wazema Radio)

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