Las microagresiones
No es País para Negras es una obra poderosa que reflexiona en la vida real de una mujer “negra, catalana, vasca, española” y los problemas que afrontan en su vida. Silvia Albert Sopale escriba y acta con una pasión indefinible y hace que la audiencia sienta la frustración, tristeza y irritación que ella siente en España por ser una persona negra. La obra es revolucionaria y muchas personas comparten las experiencias de Sopale y le conectan. Para mí, una mujer blanca, aprendí mucho de las luchas que describe Sopale y sus experiencias.
Un momento en la obra que destacó fue la conversación entre los padres de Juan y Sopale. Los padres, quizás con intenciones buenas, se burlan de Sopale y suponen que sus padres no tienen trabajo y que Sopale no es de España. Esta interacción es un ejemplo perfecto de una microagresión o una microhostilidad. Las microagresiones son comentas pequeñas en vida diaria que son condescendientes y subestiman las experiencias de una persona. Se hacen microagresiones contra personas de diferentes raíces, géneros, expresión sexual, etc. Las microagresiones son difíciles de detectar por los que dicen y los que escuchan porque “a veces se cree que se hacen con inocencia o con la mejor de las intenciones” según un articulo de El País. Son como mordidas de mosquito: irritantes y las más tienes, las más les frustran. He incluido una tabla muy interesante que demuestran las microagresiones y los mensajes que implican según la Universidad de Minnesota.
Aunque soy blanca, he oído las microagresiones como en la conversación de Sopale y la madre en España. Cuando estaba en Madrid mi amiga quien es media coreana y media alemana siempre fue preguntado “¿qué eres?” Y dice “soy estadounidense”. Le preguntaron otra vez, “¿no, de dónde eres?” porque no le creen que ella es de los EEUU.
Es importante que las personas quienes las escuchan critiquen o llamen a atención que son derogatorias. Tienen que pararlas y además las corrigen para que las personas aprenden de sus faltas.
