Sueño 6: La locura de Hache

Hache también le tiene miedo a la locura. La vivió de cerca. O al menos algo parecido a ella. Cada día va conociendo un poco más de aquel asunto, pero ese es otro tema.

Cada día enloquecemos un poco más.

Esta vez, Hache había sufrido una transformación. Todo había pasado alrededor de una cama matrimonial, tamaño extra-grande, aislada en una habitación sin fin y totalmente neutral. Era como si el espacio no importara. Era como una instancia de boceto de la situación: todo era gris. Lo único relevante eran los personajes, las sensaciones y el agua.

La pincelada de color fue la aparición del modelo carilindo y super conocido que se paseó durante un rato por la escena.

¿La perfección? Pero nunca le interesó Horacio Cabak. No lo habría elegido para simbolizar la perfección en su propio sueño.

El asunto es que habiéndose ido el modelito, empezó la metamorfosis. La postura de Hache era como la del increíble Hulk cuando empieza a engrosarse y las prendas se empiezan a rasgar. Pero Hache no crecía. En cambio, perdía masa corporal y se le empezaban a notar los huesos. También perdía pelo y le sobresalían los ojos. Se empezaba a parecer a Gollum y a ella no le gustaba nada.

Tenía mucho miedo.

La sensación de angustia llegó a su clímax cuando Hache se cubrió de una sustancia pegajosa, como un agua espesa.

Como un bebé al nacer — le dijo alguien.

Y se movía, tratando de quitársela de encima.

Para ella, que ahora era parte de la escena y observaba de rodillas desde arriba de la cama, Hache era la locura materializada en hombre (o criatura). La sensación no parecía tener nada que ver con la maternidad o el miedo a ella (en respuesta a aquel comentario). Era un terror insoportable a eso en lo que Hache se estaba transformando.

O a aquello en lo que podía llegar a transformarse.

Esta historia forma parte de la serie Historias de Danela, una antología de sueños concebida entre temores y terrores nocturnos.