Instrucciones para olvidar a alguien

Lau Mica Alvarez
Historias pasan
Published in
3 min readJan 22, 2021

La primera advertencia que debo hacerles es que cuando uno olvida a alguien, olvida todo de esa persona.

Por supuesto que, al seguir estas instrucciones, usted estará listo para olvidar los aspectos que más le producen dolor cuando piensa en esa persona especial: frases como “ya no te amo” o un apretado, bajito aunque potente “no estoy enamorado”. Olvidará también esas miradas frías, algunos desprecios o desganos. Olvidará momentos de aburrimiento, de sillón habitual y frío, de caricias no encontradas, de decepción por la persona en la que devino, de desengaño. Olvidará esas noches de arrumacos insípidos llenos de pensamientos que decían “podrías estar haciendo algo más”. Son, claramente, esos hechos los que los trajeron a ambos (o por lo menos a usted) a querer olvidar definitivamente a esa persona.

¡Pero no se confunda! Al seguir esta guía práctica, si lo hace al pie de la letra, también olvidará momentos hermosos. ¡Y sí, Raquel! Usted no puede simplemente elegir qué olvidar y qué no. En parte porque la persona a ser olvidada es toda una. Usted amó, o quizás sólo tuvo una menor estima, a un individuo y no a dos o tres. Olvidará mucho más (para siempre).

Por lo tanto también olvidará todos esos momentos en los que fue (in)finitamente feliz. Olvidará esos primeros días en que todo fluía de manera precisa. ¿Se acuerda de esos? Sí, sé que lo hace. Esos días en que los mensajes no se medían, los buenos días flotaban, las bromas estallaban en risas (incluso las que no eran graciosas). Esos días en los cuales cada palabra dicha, cada gesto, o sonrisa o mirada traían mucho más consigo. Porque cuando todo empieza uno llena esos momentos de una ilusión que es una especie de enduído que tapa agujeros para dejar todo listo para colgar nuevos cuadros. Cuadros que usted va haciendo en su mente de escenas aún no vividas.

También olvidará esos besos que llenan la boca de aliento dulce pero que no empalaga, (como de frutillas con crema). Las primeras noches de sexo, de descubrimiento del otro que cada vez iban descubriendo más formas, más botones, más cosquillas. Borrará para siempre noches de risa. Canciones, juegos de palabras y apodos compartidos, y las caricias que paran los pelitos del brazo. Además, dejará ir algunas de sus mejores versiones. De cuando usted cuidó a alguien, de cuando agasajó, de cuando compartió, de cuando soñó despierto, de un usted compañero creyendo que todo se hacía de a poco más fácil, de un cómplice. De una versión de usted que le gusta, que seguramente haya usado sus mejores ropas, haya dado osados pasos de baile y disfrutado mucho de usted. De usted mismo. De su cuerpo y de su mente.

¿Usted realmente quiere borrar todo eso de su vida? ¿Por qué querría hacerlo? Ah, comprendo. Quiere olvidarlo porque cree que olvidando va a avanzar más rápido hacia no sabe dónde para no sabe qué. Cree que olvidando va a dejar de pensar - una, dos o cinco veces por día - en mandar ese mensaje que no le devolverá nada más que un buen visto. Cree que olvidando va a sentirse pleno, satisfecho, feliz. Pero no. Olvidando sólo va a olvidar que vivió, que aprendió, lo que le gusta, lo que no. Olvidando no se aprende, olvidando no se siente, olvidando no se avanza. Olvidar es de cobardes.

Así que, cuando quiera olvidar a alguien, simplemente recuerde todo y no se mienta, no fabule, no endiose, no suba a nadie a un pedestal de perfección inventada. Sabe qué, mejor no olvide. Simplemente:

  1. Recuerde por qué está en esta situación.
  2. Entienda que el pasado no puede cambiarse.
  3. Duerma.
  4. Mañana será otro día y el tiempo hará su gracia.

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Lau Mica Alvarez
Historias pasan

Publicitaria (de título), reciente standupera y proyecto de escritora. Reciclando historias que pasan. Lalala.