Funny Games

Jon Úbeda
Hollywood Babylonia
2 min readJan 2, 2021

Michael Haneke lleva a los espectadores al límite obligándonos a presenciar el sinsentido de la violencia gratuita y nuestra fascinación inagotable por contemplarla en la pantalla. Así es esta brutal y provocativa película de «invasión de hogar», un subgénero que se remonta a D.W.Griffith y que conocemos gracias a películas como La habitación del pánico (2002).

Los tres miembros de una familia acomodada van a pasar las vacaciones a la casa que tienen a las orillas de un lago. Al poco de su llegada, un joven sano y rechoncho (Frank Giering) llama educadamente a su puerta para pedirles un huevo. Acude también su amigo, más delgado y refinado (Arno Frisch, estrella de Benny’s Video [ 1992], el anterior trabajo de Haneke, e igualmente perturbador). Anna, la esposa (Susanne Lothar), se deja engañar por la apariencia de los jóvenes creyendo que son amigos de los vecinos, y les deja entrar en la casa. Una vez allí, dejan fuera de combate al marido (Ulrich Mühe), obligan a la mujer a desnudarse y disparan al hijo de la pareja (Stefan Clapczynsky).

Mientras los dos sádicos adolescentes practican unos juegos nada divertidos con sus víctimas hasta acabar con ellas, el director juega con su público: Anna consigue matar a uno de sus captores, pero Haneke interrumpe la diégesis y permite que su amigo «rebobine» la película con tal de salvar a su compañero de atrocidades.

Aquí no hay finales felices, solo preguntas perturbadoras y las inevitables mutilaciones.

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