La noche de los muertos vivientes

Jon Úbeda
Hollywood Babylonia
2 min readFeb 10, 2021

Parece barata, y cuando empieza da la impresión de que va a virar hacia la comedia. Un hermano y una hermana van a visitar la tumba de su madre para presentarle sus respetos, y el hermano intenta asustar a la hermana fingiendo que es un demonio necrófago que quiere devorarla. Sin embargo, minutos después, le matan y la joven se encuentra acorralada con un grupo de gente en una granja abandonada, cuando son atacados por una turba descerebrada de muertos resucitados, ansiosos de carne humana.

Poco a poco, mediante retransmisiones de emergencia por radio y televisión, los refugiados empiezan a enterarse de lo que está pasando. Los cadáveres están resucitando a lo largo y ancho del país, puede que incluso del mundo, y atacan a los vivos para devorar su carne. La tensión aumenta entre los héroes cuando discuten sobre qué deben hacer. ¿Deberían tratar de escapar, o resistir y esperar una ayuda que quizá nunca llegue? ¿Quién debería tomar el mando y dar las órdenes, el tranquilo y racional negro o el impulsivo padre de familia? A medida que el número de muertos vivientes aumenta en el exterior, queda claro que la granja no va a resistir mucho más tiempo, de modo que es necesario tomar una decisión drástica. Poco después, la suerte está echada. Todas las posibilidades de esperanza se ven frustradas por una decisión equivocada, la mala suerte, un cruel giro de los acontecimientos y solo nos queda el horror de a desesperación.

Esta es la película de terror que elevó el listón del género en la segunda mitad del siglo XX, y alejó las historias de las anticuadas convenciones góticas del pasado, para arrojarlas a la luz fría y despiadada del presente.

La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, con su estilo prosaico casi documental, trata temas que preocupaban a Estados Unidos a finales de los sesenta: el malestar civil, el racismo, la desintegración de la familia nuclear, el miedo a las masas y el mismísimo apocalipsis. Nada puede darse por sentado. Dios no siempre triunfa. Y por primera vez, una película de terror reflejaba la sensación de inquietud que impregnaba a la sociedad moderna sin ofrecer consuelo ni confianza.

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