Los chicos del barrio

Jon Úbeda
Hollywood Babylonia
3 min readNov 30, 2020

Tras los abanderados de los primeros años setenta, como Melvin Van Peebles y Gordon Sparks, los años ochenta fueron testigos de la aparición de un selecto grupo de directores afroamericanos en el panorama cinematográfico. Los más destacados fueron Robert Towsend y Spike Lee, con sus películas en las que mezclaban drama y comedia para hablar de la situación de los afroamericanos en Estados Unidos. Pero entonces apareció John Singleton con Los chicos del barrio (1991), una película autobiográfica que introdujo la denominada voz cinematográfica de los negros americanos como crítica al sistema establecido. Por sus esfuerzos, Singleton mereció dos nominaciones a los Oscar, y su película fue un éxito que supuso un tremendo empujón a Columbia Pictures.

El drama, que se inicia con la finalización de las olimpiadas de Los Ángeles en 1984, se centra en tres chicos de diez años, Tre (Desi Arnez Hines II), Doughboy (Baha Jackson) y Ricky (Donovan McCray). Criados en familias monoparentales, su mundo está plagado de violencia de bandas, brutalidad policial y penurias económicas. Cuando Reva (Angela Basset), la madre de Tre, deja a su hijo ante la puerta de su padre, Jason Furious (Laurence Fishburne), el chico entra de golpe en el mundo masculino y se transforma en un ambicioso adolescente.

Avanzamos siete años. Tre (ahora interpretado por Cuba Gooding Jr.) está en el último curso de instituto y trabaja a tiempo parcial, intenta en una universidad históricamente negra, y tiene una novia llamada Brandi (Nia Long). Doughboy (Ice Cube) es un pandillero sin oficio ni beneficio que vive a expensas de su madre, la señora Baker (Tyra Farrell), y su hermano Ricky (Morris Chestnut) es un jugador de fútbol con grandes aspiraciones. Para intentar evitar a los matones del barrio, Tre sigue manteniendo contacto con sus amigos. Cuando las conexiones de Doughboy amenazan al trío, Ricky muere tiroteado. Tras ello, Tre desobedece los sabios consejos de su padre y logra evitar los errores de su oprimido mundo. Al final, sabemos que huye de la trampa que suponen la pobreza y la violencia y que acompaña a Brandi a la universidad.

Con un tono algo pedante pero muy bien orquestada mediante un retrato en movimiento de la violencia racial en las ciudades estadounidenses, Los chicos del barrio es un vivo cuento moral dirigido a la misma juventud que queda reflejada en pantalla. Tras una conmovedora dedicatoria en recuerdo de todos los jóvenes negros asesinados por otros jóvenes negros, la película despliega una historia realista y conmovedora sobre qué significa hacerse mayor.

Destacada por el debut cinematográfico del rapero Ice Cube, la película demuestra clara conciencia de las convenciones narrativas de Hollywood y una auténtica querencia por las influencias tópicas de la música hip-hop.

Singleton ha luchado por repetir su tempranero éxito. La catadura artística de su debut puede quedar un tanto empañada por la ausencia de brillo en sus siguientes trabajos. Sin embargo, no puede ignorarse la importancia capital de Los chicos del barrio, dado que es el origen de una pequeña ola centrada en la comunidad negra urbana y los dramas del gueto surgidos en los años noventa.

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