Pesadilla en Elm Street

Jon Úbeda
Hollywood Babylonia
2 min readSep 15, 2020

Esta genial película de Wes Craven fue un éxito de crítica y público que logró combinar con creatividad el terror y el humor, los temas literarios góticos y las convenciones del cine gore, los efectos especiales sangrientos y los sutiles comentarios sociales. Y colocó un nuevo monstruo en la conciencia de la cultura pop estadounidense: ese bromista de sombrero tirolés asesino de adolescentes, Freddy Krueger.

Craven ideó un asesino que eliminase a sus víctimas en sus propios sueños. Realizada con menos de dos millones de dólares, Pesadilla en Elm Street tenía un reparto de desconocidos actores de serie B (incluido a un Johnny Depp de veintiún años en su primera película) y fue rodada en treinta y dos días. No está mal para una película que recaudó más de veinticinco millones de dólares y que ha inspirado seis secuelas. Se ha convertido así, en una de las series más provechosas de la historia del cine de terror.

La película se inicia en el sótano surrealista de un taller, en el que vemos a un horrible hombre con la cara llena de cicatrices, vestido con un jersey a rayas rojas y verdes y un viejo sombrero, y que lleva unos dedales de metal con cuchillos enganchados a un guante de cuero. A medida que se van desvelando los secretos reprimidos desde tiempo atrás, descubrimos que ese inhumano invasor de los sueños es Freddy Krueger (Robert Englund), un antiguo asesino de niños a quien un grupo de padres furiosos de Elm Street quemó vivo cuando salió de la prisión gracias a un beneficio penitenciario. Años después, Freddy regresa de la tumba como encarnación del mal, para vengarse de los hijos adolescentes de aquellos padres. Freddy se instalará en el subconsciente de sus víctimas, y les atacará mientras duermen, de ahí que sea virtualmente omnipotente, capaz de reescribir las leyes de la física y de llevar a cabo todo tipo de grotescas, aunque creativas, formas de asesinato.

Los momentos más espectaculares de la película, plagados de efectos especiales de brujería y litros y litros de sangre falsa, están dirigidos por una banda sonora que induce a la ansiedad. Se combinan elementos de la literatura gótica — el villano seductor, el lugar terrorífico, el énfasis en los sueños y la visión subjetiva — con elementos de película sangrienta: víctimas eliminadas una a una, asesino indestructible, y joven superviviente con un montón de recursos.

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