Juro solemnemente que mis intenciones sí son buenas

Recuerdo que cuando era niña, la mayoría de las vacaciones de verano las pasaba junto a mi familia en la casa de playa de mis abuelos. Era divertido vivir a una cuadra de la playa y poder jugar con la arena, ver las olas, las gaviotas volar, los cangrejos hacer agujeros en la arena y en general observar la naturaleza.

Un día pasó un señor vendiendo pollos (aunque parezca raro porque estábamos en la playa) y le rogué a mi mamá que me los comprara. Arranqué las hojas que sobraban de mis cuadernos de colegio e hice uno nuevo donde anotaba y dibujaba el comportamiento de los pollos, lo que comían y cómo lo hacían, etc. Les daba combinaciones de sus comidas para ver cual de ellas les gustaba más, e incluso descubrí que preferían la Kola Inglesa (una gaseosa) más que otras, incluyendo el agua (no me juzguen tenía 9 años y mi muestra no era representativa).

Anotaba todo, cuántas veces se acercaban a tomar cada bebida o elegían el plato con la combinación que les daba. Obviamente solo anotaba el número de veces que los veía; en aquella época no sabía que existía lo estadísticamente significativo y mucho menos soñaba con un p-valor menor a 0.05. Me encantaba observarlos y sin saberlo, acababa de conocer al amor de mi vida…

— ¿Los pollos?

— No.

— ¡La ciencia!

1. Etología es la rama de la biología que estudia el comportamiento animal.

Pasaron los años y me encontré entre la espada y la pared, no sabía si estudiar música (toco algunos instrumentos musicales) o estudiar biología. En ese momento recordé la historia de los pollos, notando que desde niña preferí la ciencia antes que jugar en la playa (sí, fui una niña un poco rara), porque para mí, observar y satisfacer mi curiosidad era tan o más divertido que jugar en la arena (un amor a primera vista del cual no me di cuenta). Es así que supe lo que quería hacer con mi vida. Quería ser científica.

Así que decidí estudiar la carrera de biología con especialización en biotecnología en la Universidad Nacional Agraria La Molina en Lima, Perú. Fueron años llenos de presión, pero también de mucha emoción porque en esta carrera siempre hay algo nuevo que aprender y eso es lo que me encanta. Mi vida con la biotecnología se describe como una historia de amor verdadero, esos de los que solo encuentras una vez en tu vida, un amor a segunda vista con el que decides pasar el resto de tus días. Algo que me apasiona tanto que muchas veces me quita el sueño.

La biotecnología “es la aplicación de los procesos biológicos desarrollados por células microbianas, vegetales o animales, por sus componentes o por sus enzimas a la ingeniería para la obtención de bienes y servicios”.

Esto abre un sin fin de campos para estudiar. Yo comencé con pruebas de contaminación de aguas y biotecnología microbiana en el 2007, luego con biología molecular vegetal y análisis de variabilidad genética vegetal, luego estudié el efecto de extractos vegetales sobre algunos protozoarios, enrumbé en el mundo de la medicina con la genética, citogenética y biología molecular humana, principalmente enfocada al cáncer y actualmente investigo mecanismos de reparación de ADN y bioinformática.

También estudio sistemas embebidos con aplicaciones en robótica e impresión en 3D para acoplarlo a la biotecnología mediante la construcción de equipos de laboratorio y otros materiales a bajo costo que puedan facilitar la comunicación de la ciencia, porque creo firmemente que “se aprende más haciendo que viendo”.

Espero poder compartir pronto lo aprendido con otros que se apasionen tanto por la biotecnología como lo hago yo.

Siempre escuché que para ser científico o científica debes ser un súper genio, pero NO es así. Lo que se necesita es ser como un niño, es decir, ser extremadamente curioso, imaginativo y amar lo que haces.

Alguna vez me dijeron “estudia y llegarás lejos” y mi carrera me ha permitido conocer diferentes partes del mundo como ponente y como asistente a eventos científicos y sé que me faltan aún más lugares por conocer. Sin embargo, no todo es color de rosa (como en cualquier relación); algunas veces los experimentos no funcionarán, tendrás que repetirlos (y varias veces), amplificarán tus controles negativos de la PCR, etc, pero eso es lo que nos pasa a todos. Al fin y al cabo el hecho de que no te salga un experimento como creías, te hace pensar el porqué y eso es como un juego, un reto. Y el hecho de descubrir ese porqué, solucionarlo y sobretodo seguir aprendiendo es lo que nos debe motivar.

“Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que la sociedad tiene poco contacto con estos temas”, por eso es nuestra misión como científicos o como futuros científicos, transmitir lo poco que sabemos a la sociedad y así ayudarla. La magia no existe, pero si existe la ciencia y juro solemnemente que mis intenciones sí son buenas, porque pretendo seguir transmitiendo lo que voy aprendiendo. Así que recuerden, si algo que aprendes es como un juego y te diviertes haciéndolo, estás en el camino correcto.

¡Travesura realizada! Pero voy por más…

Michelle Chirinos Arias es bióloga-biotecnóloga de la Universidad Nacional Agraria
La Molina en Lima-Perú, con estudios de postgrado en Biología Molecular y
Citogenética Humana. Ha realizado estancias en Italia y en Brasil. Se desempeña
como jefa del Instituto de Genética Barbara McClintock. Cuenta con amplia
experiencia en investigación en el área de genética molecular tanto de microorganismos, plantas y humanos . Posee publicaciones en revistas indexadas a Web of Science, Scopus y Scielo. Actualmente
realiza un doctorado en Ciencias Biológicas donde investiga mecanismos de
reparación de ADN y un Postgrado en Bioinformática. También está siendo
capacitada en sistemas embebidos con la realización de proyectos en arduino y raspberry (robótica), así como en impresión en 3D. Revisora científica de la
Revista Internacional Información Tecnológica indexada a Scopus y de la revista científica Electronic Journal of Polish Agricultual Universities.

Pueden contactar y seguir de cerca el trabajo de Michelle en:

michelle.christine16@gmail.com
@michelle.christine16
@igbmgenetica
www.igbmgenetica.com

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