THE BOYS: los antihéroes de Amazon Prime

De ambos lados del conflicto todos están de mierda hasta el cuello: los héroes venden el alma al sistema para mantener su status quo y los chicos excusan sus desmanes con la justicia de su causa

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5 min readAug 20, 2021

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Por Renier Ramírez Quiñonez

*Alerta de spoiler

Cuando se habla de series de súper héroes, la mayoría probablemente pensará en algo del estilo de Smallville, el llamado Arrowverse o cualquier otro drama que DC y Marvel han colocado en la pantalla chica, incluso en The Umbrella Academy de Netflix, pero no en The Boys. Y es que la ficción de Amazon Prime Video pasa por alto todos los esquemas de las series ligeras de superhéroes para apostar por un estilo más cercano al subgénero gore.

Esta no es la historia de ejemplares ciudadanos norteamericanos con habilidades especiales que defienden la justicia, ni la de un grupo de segregados sociales que termina salvando el día contra todo pronóstico. The Boys se desarrolla en un universo donde los súper héroes son un producto comercial, una marca registrada de la corporación Vought International que les suministra el Compuesto V para darle sus poderes.

Los súpers son grandes celebrities e influencers que inundan las campañas publicitarias, los cines y cualquier otro medio que de ganancias. Pero fuera del ojo público pierden la pose y se convierten en un muestrario de todos los defectos posibles. Tanto así que han cosechado el odio de una banda de perdedores –los chicos a los que hace referencia el título– que movidos por venganzas personales quieren acabar con todo lo que representan los súpers.

No hay personajes sacralizados, nadie está exento de culpa. De ambos lados del conflicto todos están de mierda hasta el cuello: los héroes venden el alma al sistema para mantener su status quo y en la contraparte los chicos marginados, encabezados por Billy Butcher, excusan sus desmanes con la justicia de su causa.

Las filas de los 7, el grupo de élite de Vought, las integran los más variopintos hipócritas. Sin ir más lejos: Homelander (Patriota), el líder, versión rubia de Superman, esconde tras su imagen un psicópata cruel, que representa el supremacismo blanco, la ultraderecha religiosa y la industria armamentista de los Estados Unidos. Entre el resto de miembros y ex miembros hay acosadores sexuales, drogadictos y hasta una nazi encubierta que cometió un crimen de odio racial.

Entre ‘los buenos’o los menos malos se encuentran el mencionado Butcher, que culpa a Homelander de la supuesta muerte de su esposa y Hughie Campbell que se une al grupo para vengar a su novia asesinada accidentalmente por un súper. Completan el equipo MM, una especie de jefe táctico, el traficante de armas Frenchie, y Kimiko, una joven asiática con súperpoderes.

La trama no es apta para religiosos devotos, homófonos, machistas y conservadores en general ni para personas muy sensibles. Refleja el actual escenario social, político y mediático en Estados Unidos de una forma para nada adornada y muy incisiva.

Hasta que se destapa el secreto del suero para súper, estos se dicen superiores y escogidos por Dios para hacer justicia. Este discurso del designio divino y la superioridad del país norteño, no sé a ustedes, pero a este seriéfilo le recuerda al de cierto señor que hasta hace muy poco ocupó el Despacho Oval de la Casa Blanca.

No solo la clase política se ve salpicada por la sátira y el humor negro. En la ficción, una todopoderosa e influyente corporación crea enemigos para la democracia, superterroristas extranjeros, e incita a la xenofobia para justificar que los súper vayan al medio oriente.

El doble rasero y la corrupción dentro de las instituciones religiosas tampoco pasan desapercibidos. La campaña evangélica “Capas para Cristo” es dirigida por un superhombre homófobo que en secreto es homosexual y tiene entre sus participantes a Starlight (Luz Estelar), cuya madre religiosa recibió un pago para que a su hija le inyectaran Compuesto V.

Si ya era polémica e “incorrecta” en su primera entrega, la segunda temporada le puso broche de oro mostrando contenido más brutal. De algo que no carece The Boys es de muertes exageradamente gráficas, lenguaje soez y escenas sexuales inquietantes.

Este sello que la distingue de otras series de súper no es todo mérito de Amazon Prime Video pues la trama toma como base el cómic homónimo de Garth Ennis. El propio showrunner y productor ejecutivo del éxito televisivo, Erick Kripke, declaró “Estoy haciendo todo lo posible para reflejar el tono que creó Garth Ennis. Es un maestro mezclando violencia extrema con humor absurdo y comentarios políticos, y solo estamos tratando de igualar eso” cita Infobae.

Foto: La República

Esta forma de hacer es excelentemente lograda en pantalla. En la segunda temporada, por ejemplo, después de capturar a un criminal cualquiera y mientras critican al sistema judicial y hablan de la pérdida de valores de los estadounidenses temerosos de Dios, Stormfront estimula sexualmente a Homelander; al mismo tiempo este cubre la boca del malhechor para que no los molesté y cuanto más se excita más presión ejerce hasta que le revienta la cabeza contra la pared de un callejón. Terminan teniendo sexo junto al cadáver decapitado mientras se frotan sangre por el rostro.

La constante analogía entre los defectos de los súper héroes y los círculos de poder, sus personajes deslenguados, el humor negro y la crítica social sin medias tintas hacen que The Boys sea una serie extremadamente actual y totalmente imperdible. La plataforma de streaming logra una historia que capítulo a capítulo le enseña el dedo corazón y le dicen jódete al sistema. Solo queda la incógnita de si Amazon se hubiera atrevido con una serie tan mordaz en un escenario político diferente al creado por el 45.º presidente de los Estados Unidos.

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