Crónica!
Payasos de micro
Ricardo Pérez, es el hombre que se esconde tras el apodo de Visera. Se Desempeña como payaso en la locomoción colectiva del Gran Concepción, y acusa sentirse poco apoyado para desarrollar su labor.
“Es muy diferente a lo que se vive en el circo, por ejemplo” y puede hablar con propiedad, puesto que allí también ejerció labores, hace ya dieciocho años. “No tenemos privilegios, estamos en otra realidad. Nos gustaría que alguien nos pudiera ayudar. Da lo mismo quién”, agregó.
Al igual que el Visera, son muchos los humoristas y también artistas, que deben enfrentar el rigor de la calle. Concepción, no sólo se sustenta de humor picaresco, que por lo demás es muy propio del chileno. De igual forma perdura el clown, y el humor blanco es igualmente aceptado por los penquistas. De esta forma, la variedad humorística se hace presente en la ciudad.
Otro aspecto negativo que, en ocasiones dificulta el accionar del payaso callejero, sin duda es la delincuencia que se vive al interior de las micros. Sin embargo, no todo es adverso, para estos hombres de cara pintada.
“Los choferes son amigos de uno. Siempre andan buena onda. No me niegan la subida, e incluso me contratan para los cumpleaños de sus hijos”, afirmó.
Reconoce que sólo cuenta con una fuente de ingresos en su familia. “Estamos acostumbrados a vivir así. No digo que somos pobrecitos, pero tampoco nos hacemos ricos con esto”. Tampoco tiene un sueldo fijo, y como a miles de compatriotas le cuesta pasar el mes.
¿Quién debe hacerse cargo del apoyo a los artistas callejeros?