Ahora que las IA hacen IA: ¿qué haremos los humanos?

El desarrollo de la compañía más influyente en IA como historia de nuestro encuentro con nuevas inteligencias y nuevos desafíos

Adrian Sicilia
InAllMedia
4 min readOct 7, 2022

--

Cualquiera que siga las noticias pertenecientes al campo de la inteligencia artificial tendrá en su radar a la compañía DeepMind (subsidiaria de Alphabet, casa matriz de Google). La empresa que declara como objetivo entender el funcionamiento del cerebro humano para poder recrear sus funciones con sistemas artificiales ha dado que hablar en los últimos tiempos. El logro más reciente está vinculado con el proyecto de enseñarle a una IA a jugar al fútbol.

Y es que enseñarle a un algoritmo a jugar al fútbol, controlando un humanoide, es más difícil que lo que se cree. Jugar al fútbol puede traducirse en la resolución de muchos pequeños problemas que los jugadores humanos realizan sin siquiera saberlo. No se trata solamente de resolver la mecánica física, sino de enseñar habilidades como trabajar en equipo y planear jugadas a largo plazo. ¿Cuál es el objetivo detrás de este esfuerzo?

Imagen soñada en Midjourney

Tal vez deberíamos hacer esa pregunta en plural, pues DeepMind, como sus IAs, juega en diferentes campos. Entre otros, podemos incluir la reproducción cada vez más completa de los procesos cognitivos humanos y, por qué no, la exploración del movimiento de las IAs en el Entorno Natural con algún tipo de forma física.

Esta no es la primera vez que DeepMind incursiona en el mundo de los juegos. El primer desafío de su creador fue crear una inteligencia que pueda ganar en todos los juegos de Atari. Luego, en 2016, se hizo célebre cuando su IA, AlphaGo, logró vencer a Lee Se-dol en el go. Mientras siguió mejorando y probando otras estrategias para abordar la resolución de problemas vinculados al juego, DeepMind empezó a trabajar en la predicción de la estructura molecular de las proteínas. Cuatro años después, en 2020 DeepMind presentó AlphaFold, un programa que realiza predicciones de las estructuras de las proteínas hasta un nivel atómico. Este es un problema que en biología lleva más de 50 años. La resolución que propone AlphaFold tiene una precisión comparable a la de los modelos experimentales que toman meses de trabajo humano, con la pequeña diferencia de que puede llevar adelante estos procesos en minutos. Este planteo es realmente impresionante cuando pensamos en sus consecuencias para la salud: las proteínas máquinas se encuentran en la base de los procesos biológicos. Otros proyectos en los que se está enfocando la compañía incluyen la fusión nuclear y la química cuántica.

Un recorrido inteligente

Resulta interesante ver en el recorrido de DeepMind la evolución de una manera de pensar la inteligencia artificial y todas las preguntas que trae a la luz. En su página, DeepMind nos recuerda que ellos trabajan con científicos, ingenieros y eticistas, como para que nos nos olvidemos que saben las implicancias éticas y morales de lo que están haciendo, y que, básicamente, están experimentando con un material, por lo pronto, poderoso.

Vuelve a nosotros el tópico de la singularidad y todas sus preguntas asociadas. En cinco años, se ha llegado del primer modelo de AlphaGo a AlphaFold, ¿qué nos espera en cinco años más? La organización tiene como objetivo a largo plazo crear un sistema de Inteligencia Artificial General que pueda realizar actividades humanas de rutina. ¿Están creando una especie digital? ¿Sentando las bases para que se desarrolle un ente digital consciente? Seguir los avances y noticias en este campo es saber que esta posibilidad no está demasiado lejos.

Sin ir más lejos, el próximo proyecto de DeepMind incluye una inteligencia artificial capaz de programar en los lenguajes más poderosos que conoce la computación. Ya en 2017 existía una IA capaz de diseñar otras IA. ¿A qué capacidades llegará una que contenga todo el aprendizaje y la estructura que ya conocen las Alphas?

Imagen soñada en Midjourney

Es tiempo de prepararnos para este escenario. No porque vaya a surgir una malvada Skynet como en la saga Terminator, sino por lo que eso significará para los humanos. Todos estos temas están generando números inauditos: cantidades de views en youtube, trends en redes sociales, menciones diferentes que atraen cada vez más público. Pero se discute muy poco de la naturaleza humana y de las estrategias de supervivencia y evolución en este contexto. ¿Qué sucederá cuando surja una entidad digital con quien debamos compartir la pirámide evolutiva?

El mismo nombre de esta serie de inteligencias, “Alpha”, nos sugiere un desafío: ¿seguiremos pensando en términos de alphas y betas? ¿De hombres y lo demás? ¿De un grupo contra el resto? La evolución transigente es una idea que casi no aparece en los debates, pero sin dudas abre las puertas a nuevos desafíos que pueden hacernos mejores: ¿estamos dispuestos a ser una humanidad diferente?

--

--