Las estaciones

Pasan los días y la cita del sol con el horizonte se adelantaba cada vez de algún minuto. Los días se acortaban y los árboles lo sabían, son buenos observadores. Las caricias tenues de los rayos solares se difuminaban con la humedad del parque.

Entre ellos el viento hacia circular la preocupación que latía al llegar la época de desprenderse de la indumentaria. Las aves ya tenían las maletas listas, la mudanza hacia el sur era cuestión de días.

Llueven del cielo hojas amarillas formando vórtices irregulares de materia y aire. Los árboles observan esta escena pacientes, no hay ningún apuro ni desespero. A pesar de la lluvia y el aire gélido, que sobre todo en las noches punza en la corteza, ellos siguen preservando su majestuosidad y la armonía. El Sol se los puede asegurar, es testigo de lo que les cuento. Él no tiene alguna culpa de este cambio, él siempre fue firme e inamovible en sus decisiones. Bendita Tierra, tú tan indecisa si alejarte o acercarte generas confusión entre los seres vivientes, pero después de muchos siglos también puedo decir que nos acostumbramos y te comprendemos. No podemos seguir en un punto fijo, necesitamos movernos, y tú lo haces muy bien. ¿En qué escuela habrá aprendido a danzar entre las estrellas? Girando sobre ti misma, exhibiendo cada lado tuyo. Seduces el Sol con ese juego de mostrarte tan cerca a el y alejándote cuando el aire se pone muy ardiente. ¿Que pensarán los demás planetas que hasta decidieron imitarte? ¿Te tendrán envidia? ¿Será que nadie logra apreciarte por cómo eres y por los bellos dones que llevas en tu interior?

Vuelve el clima cálido a nuestro hemisferio y decido salir a pasear por las calles del barrio dirigiéndome hacia mi verde refugio. Ayuda! Hay un herido tendido en el suelo, yo lo conozco! Corro hacia él, sus ramas y sus verdes hojas yacían tiradas en suelo. Advierto el letrero de una constructora erigirse entre ese genocidio: separa tu depa, informes aquí…

Vuelvo a casa y observo el vacío: tenía razón querida Tierra, casi nadie te aprecia por como eres, sigue danzando como solo tú sabes hasta donde den tu energías…

Giuegi