Mis tristes cuentos sobre mujeres

Giuegi
Historias en español
3 min readApr 27, 2018

La verdad es que volver a la soledad de la soltería ha sido un choque más grande de lo que imaginaba. No tanto por la ausencia de ella (en realidad un poco si, lo admito), pero más por encontrarme de nuevo conmigo mismo, a solas, con todos mis defectos y mis manías. Estoy descubriendo que algún tornillo anda suelto en mi mecanismo psicológico y no se si ya era así antes de la ruptura o simplemente mi cerebro se esté fundiendo últimamente con tanta disciplina moral.

Dejando de lado mis trastornos obsesivos, en este tiempo no han faltado ocasiones para poder salir del círculo de la rutina y aventurarme en breves (y tristes) historias con algunas niñas de la ciudad. Para romper la lógica secuencial no pondré estos cuentos en orden cronológico.

1. La estafadora

Pues sucede que el destino me vuelve a cruzar esta chica que ya había conocido en un remoto pasado. Ambos éramos terriblemente torpes en esa época y resultó que los dos nos aburriéramos pronto para no concluir en nada nuestras pocas salidas. El tiempo nos hizo madurar y quizás podrir un poquito por dentro. Defino intensa esta experiencia por cómo inició ya que me moría de miedo al ver como la cosa evolucionaba tan rápidamente sin que yo hubiera hecho algo. Quizás simplemente aparecí ahí, en el lugar exacto en el momento exacto pero nadie se daba cuenta que yo era la persona equivocada. Defino el final de este cuento bien trágico ya que la niña en cuestión terminó debiéndome dinero y desapareciendo del radar en algún triángulo de las bermudas que aún desconozco…

2. La que nunca entendí

Pues siempre sucede que cuando algo inesperado ocurre te preguntas si es cierto o la vida te está tomando por el pelo nuevamente. La verdad es que he pasado días preguntándome eso y consultando con otros inexpertos del tema para ver hasta donde llegaban las conclusiones. Todo inicia a través de algunas interacciones frecuentes en redes sociales hasta que alguien se anima a lanzar la primera piedra. Nace una bonita conversación entre extraños, por un lado yo súper desconfiado y por otro lado ella tan bella y sensual con su CV repleto de fotos con likes y me encanta, muchos de los cuales eran míos. Los tiempos empiezan a distorsionarse y algo raro empieza a surgir en mi: esto no puede ser cierto, mejor matemos cualquier emoción porque si cuento esto a alguien de hecho que se burlará de mi. La historia concluye, o mejor dicho, empieza a concluirse, cuando decido (o decidimos) vernos para conocernos de verdad y no se imaginan que tal fracaso ese día, me sentí de otro planeta a su lado. Desde ahí la llama se fue apagando lentamente hasta transformase en cenizas que aún observo curioso sin entender.

3. Por la que sí perdí un poco la cabeza (y tampoco la entendí)…

… y por la que no tuve fe al comienzo. Y es una real lástima porque en este mundo caótico lleno de personalidades interesantes y otras menos por fin alguien había logrado captar mi atención. Quizás no lo haya hecho de manera voluntaria y esto me enloquecía un poquito más. No recuerdo bien en qué contexto fue que empezamos a salir, quizás yo fui el de la iniciativa. De hecho que si, ella siempre fue indecisa en muchas cosas y quizás para mi ese lado suyo era muy tierno e inocente a la vez. Fue curioso como fui destruyendo barreras y deje de lado mis paranoias mentales y comencé a actuar de manera estratégica empezando a estudiar sus gustos y analizando cada mirada o reacción suya. Creo que por momentos ambos llegamos a sentir algo, pero ese algo fue tan volátil que el tiempo se lo llevó al olvido con el pasar de las semanas…

Giuegi

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Giuegi
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I believe in the power of words. Creo en el poder de las palabras