Educación abierta: ¿revolución o reforma?
Artículo escrito originalmente el 27 de octubre del 2013.
Battushig, un chaval muy espabilado de 15 años de Ulan Bator (Mongolia), fue uno de los 150.000 alumnos del curso ‘Circuitos y Electrónica’ filmado por el MIT y ofrecido de forma masiva y abierta a cualquiera que tuviera una conexión a internet. Hoy, después de muchas peripecias, es estudiante becado del MIT. Sin fronteras.
Google hace una alianza con Edx (MIT, Harvard,…) para crear una plataforma abierta para que no solo los cursos de estas universidades estén disponibles para todos, sino que además las herramientas para la creación de materiales y la gestión del ciclo de docencia puedan ser utilizados por cualquiera. Abierta.
Coursera, una de las plataformas comerciales de MOOC (Massive Online Open Courses, cursos masivos online abiertos) acaba de expedir los 25.000 primeros certificados verificados que cuentan con el respaldo oficial de las universidades que impartieron los cursos. Se trata de un servicio de pago que garantiza la identidad de la persona que se conecta en cada momento, en parte gracias a la cadencia personal al utilizar el teclado. Certificada.
Udacity, donde son personas y no universidades las que ofrecen los cursos, sale al paso de las acusaciones sobre el bajo índice de estudiantes que los acaban. El curso ‘Introducción a la programación’ solo lo finalizaron un 14% de los 160.000 inscritos, es decir, la friolera de 23.000 alumnos. Escalable.
El Estado de California impulsa y financia la creación de libros escolares de calidad y libres de derechos para que el acceso al material escolar no sea una barrera para el estudio ni en su Estado ni en ningún otro: la licencia CC (Creative Commons) no conoce fronteras. Libre.
Esta misma semana la Khan Academy, una organización sin ánimo de lucro que se propone llevar la educación de calidad gratis a cualquier parte del mundo, ha abierto su versión en español. Con una mezcla de videos y ejercicios disponibles tanto para estudiantes como para maestros es una referencia en la enseñanza, siguiendo un plan personal de matemáticas y de cada vez más materias. Personalizada.
Los estudiantes más activos, las universidades más prestigiosas, las empresas más audaces y los estados más progresistas promueven una educación abierta, sin fronteras, libre, escalable, personalizada y certificada.
De este lado del Atlántico son los padres los que montan mercadillos para intercambiar libros de texto; los piratas, los que enlazan a materiales con licencia libre, o 280.000 ciudadanos anónimos los que piden al Congreso que estos tengan un precio justo. Las plataformas de educación abierta aún están en fase de despegue.
Si cada vez está más claro que la vía más segura para garantizar el desarrollo de una sociedad es proveer a sus ciudadanos de la oportunidad de educarse de forma accesible a lo largo de toda su vida; si cada vez resulta más evidente que los estudios universitarios no garantizan sueldos altos; si cada vez la presión económica sobre el sistema educativo es más fuerte, ¿no será quizás el momento de crear una gran alianza para revolucionar la educación?
¿O seguimos con las reformas?