El carsharing ha llegado para quedarse
Los nuevos modelos de transporte conquistan Europa
Hay una frase célebre en el mundillo de la innovación atribuida (¿falsamente?) a Henry Ford en la que éste se cuestionaba lo siguiente:
“Si hubiese preguntado a la gente sobre lo que querían, me habrían respondido que querían caballos más rápidos”
Si hoy hiciésemos la pregunta: ¿Qué quieres para moverte mejor? Es probable que el joven que acaba de sacarse el carnet de conducir, los padres de familia que tiene que hacer encaje de bolillos para compaginar su tiempo en el trabajo y en casa o el recién jubilado que sólo piensa en disfrutar de su tiempo libre respondiesen lo mismo: un coche nuevo con el que poder desplazarse por la ciudad o fuera de ella.
El Carsharing, un concepto innovador… desde los 70
Los parques de automóviles de uso compartido (carsharing) existen desde la década de los 70, cuando surgieron en el norte de Europa las primeras experiencias de este tipo de servicio. Por aquel entonces (incluso en las décadas más recientes) era difícil plantearse la posibilidad de compartir un mismo vehículo con un desconocido, con todas las implicaciones que eso podría suponer. Ahorrar o pedir un crédito para comprar un coche propio era, y posiblemente aún sea, el más común de los deseos ‘aspiracionales’ del ser humano.
Sin embargo, el reciente éxito de algunas iniciativas de carsharing a nivel mundial en sus diferentes modalidades está contribuyendo al cambio de este paradigma entre la sociedad: Zipcar y su sistema de alquiler de vehículos por horas, emov o Car2Go con sus flotas free floating desplegadas en las principales ciudades de Europa, Estados Unidos o China, Turo o Drivy con sus plataformas de alquiler entre particulares o Blablacar y su formato de carpooling. La coyuntura social y económica y las nuevas tecnologías que simplifican la operativa de los servicios han favorecido el auge de este nuevo tipo de alternativas de movilidad que están cambiando la forma de pensar de los consumidores en relación al transporte.
Beneficios del carsharing
Según un estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación de Transportes Sostenibles de la Universidad de California Berkeley, cada coche compartido elimina del tráfico de las carreteras de 9 a 13 vehículos particulares. ¿Por qué? Principalmente por dos factores: ciudadanos que dejan de utilizar su vehículo personal y ciudadanos que posponen la decisión de compra de un vehículo propio.
Estos dos factores cobran un mayor sentido si analizamos el coste de poseer y mantener un vehículo particular. En España el nivel de renta media por hogar se situó en 26.000€ en 2016, mientras que el coste de propiedad y mantenimiento de un coche de gama media varía entre los 6.000€ y los 8.000€ al año. Esto supone dedicar entre un 23% y un 31% de los ingresos a mantener un activo que, según múltiples estudios, sólo se utiliza un 4% del tiempo, o lo que es lo mismo: 15 días al año.
Pero el carsharing no es el único sistema de transporte alternativo: los servicios de ridesharing y ridehailing como Cabify, Uber o MyTaxi permiten canalizar la demanda a través de sus aplicaciones, optimizando rutas y descongestionando el tráfico derivado de su circulación en busca de nuevos viajeros.
Todos estos servicios innovadores ayudan a optimizar la economía del transporte y a reducir el tráfico en las calles de las ciudades, mejorando la calidad del aire y la movilidad de sus ciudadanos.
What’s next?
Según fuentes de BCG, en el año 2015 más de 5,8 millones de usuarios registrados circularon a lo largo del planeta en los más de 86.000 vehículos pertenecientes a flotas de carsharing.
Y ésto no ha hecho más que empezar. En 5 años 35 millones de usuarios reservarán 1.500 millones de minutos al mes, lo que generará unos 4.700 millones de euros de ingresos anuales. Europa será la región que más ingresos generará, seguida por la región de Asia-Pacífico y Norteamérica.
En total se estima que a causa de los servicios de carsharing, en 2021 se venderán 550.000 vehículos menos en todo el mundo, lo que para la industria de la automoción supondrá una reducción de 7.400 millones de euros de ingresos.
Se plantea, por tanto, un futuro apasionante en torno a los nuevos sistemas de movilidad en el que, además, la mejora de la tecnología eléctrica y los vehículos autónomos marcarán los pasos de las próximas grandes innovaciones.
Nota: IGENERIS ha estado involucrado en el desarrollo del servicio emov. Por ello, las reflexiones aquí plasmadas pueden no ser imparciales.
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