Soltería ¿Bendición o maldición?

Manuel Alejandro Santos
Iglesia Presbiteriana Vida
6 min readJun 2, 2018

Cumplió tres años, le regalaron una hermosa bicicleta azul, venía con sus ruedas de entrenamiento, almohadillas de protección y su casco. Como primer bicicleta no había otra mejor, seguro tendría una gran reacción. Pero sorpresivamente no pareció estar muy impresionado por su regalo. Cuando el padre saco la bicicleta de la gran caja de cartón, el niño la miro por un instante y comenzó a jugar con la caja grandota. Pasó muchos días jugando con la caja grande ignorando la bicicleta. A la familia le costó algunos días convencerlo que el verdadero regalo era la bicicleta y no la caja.

Nuestro encaprichamiento con los noviazgos a corto plazo o las muchas y fugaces relaciones, es muy parecido al amor por una caja de cartón sin valor.

¡Una cadena de relaciones amorosas sin compromiso, no son ―el regalo! El verdadero regalo es la soltería. La soltería es una etapa en nuestras vidas inigualable, linda, rica en oportunidades, sin fronteras para poder crecer, aprender y servir y sin embargo desde la perspectiva humana y de gran parte de la sociedad se considera como la oportunidad para estar entretenidos en el juego de encontrar y conservar novios y novias, coleccionar relaciones y finalmente terminamos desperdiciándola.

Lo realmente hermoso de estar soltero no es exactamente el correr tras el romance con todas las personas que nos sea posible; sino que se trata de usar y disfrutar nuestra libertad para vivir y servir. Tampoco podemos obviar que las citas y los noviazgos a corto plazo producen insatisfacción simplemente porque en gran parte alientan el mal uso de esta libertad.

Por supuesto que por la forma en que fuimos creados, existe en la mayoría de los hombres y las mujeres el deseo de compartir la vida con alguien, Y a pesar de que eso no es necesariamente malo, si somos culpables de la mala administración de nuestra soltería. Podemos ser hallados culpables al permitir que el deseo por algo que quizás no sea el tiempo de vivirlo, nos robe la habilidad de gozar y apreciar la etapa que si es la que debemos vivir. Una de las tendencias más tristes en la actualidad son las ansias de adelantar etapas y entonces los jóvenes se distraen y no desarrollan habilidades y destrezas que Dios les ha dado. En lugar de equiparse con el carácter, la educación y la experiencia necesaria para la vida, son consumidos por el deseo de experimentar con diversas relaciones, ya que de no vivir relaciones amorosas, según la sociedad, se considera que los solteros están perdiendo su tiempo y parte de su identidad.

Sin embargo, la perspectiva bíblica presenta otra postura sobre la soltería y aunque hay diversos textos donde se habla al respecto, tomaremos en esta ocasión lo que Pablo explico a los habitantes de Corinto. En 1 Corintios 7 Pablo explica el significado y propósito de la soltería según Dios, para llevarnos al punto de entender que Ni el matrimonio ni estar soltero nos definen en última instancia, pero ambos tienen su lugar.

1.- Significado de la SOLTERIA (V 7–8): Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo. Pablo expresa con claridad que la soltería es un don (regalo) de Dios. La soltería es un obsequio de Dios, por eso nadie puede despreciar a los solteros o verlos como si de alguna forma estuvieran incompletos. También los solteros necesitan reconocer que la etapa en la que se encuentran es algo bueno, que tiene su lugar como una gran época y son responsables de vivirla al máximo. Nuestra cultura y nuestros corazones nos dicen que nuestros años de soltería son el tiempo ideal para vivir experiencias amorosas, conocer al sexo opuesto, tener aventurillas y conceder todos nuestros deseos, pero la realidad es que la soltería al ser un regalo, se convierte en algo que debemos usar, desarrollar y poner en servicio de Dios, de nuestras familias, comunidades de fe y ciudad. Sobre todo al reconocer que no todos poseen la capacidad mental, emocional y física para vivir en dicho estado y servir. En lugar de ver la soltería como un recordatorio evidente de que me falta algo, veo que el regalo es bueno porque el dador del regalo es bueno. Pero que la soltería sea un don, aclaro, no significa que tú dejes de buscar un cónyuge; ya que la soltería salvo excepciones, es temporal.

2.- El propósito de la soltería (v32–34): Quisiera, pues, que estuvieran sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. Si eres soltero (a), tienes un privilegio único. Durante el tiempo que Dios quiera que seas soltero (a), tienes la oportunidad de con determinación preocuparte por las cosas de tu vida, sobre todo las espirituales.

La tentación –por lo menos para mí — es pensar que el propósito de la soltería es únicamente el tiempo que tengo para encontrar una esposa. Pero ese no es el primer propósito que Dios nos ha dado. La época de la soltería proporciona las mejores oportunidades para vivir y para servir en tu universidad, en tu trabajo, con tus amigos, y en tu familia.

Debemos tener cuidado de no buscar la soltería por motivos egoístas: la estabilidad económica o a causa de un carácter extremadamente independiente que no nos permite establecerse felizmente en el matrimonio.

En la práctica, vivir en la soltería sin distracciones parecía una paradoja para mí, estaba distraído por pensamientos de que mi mayor felicidad solo puede ser adquirida en el otro lado del matrimonio, y que tal vez nunca llegaría allí. Me empecé a prescribir a la forma sutil pero peligrosa de pensar que la plenitud de la alegría en la vida viene a través de una relación amorosa.

Como ya se dijo el matrimonio es bíblico y tiene su lugar, pero la soltería también es bíblica y tiene su razón de ser, sin embargo ambas etapas son honrosas, dignas y al mismo tiempo ninguna de ellas debe definir nuestra identidad como personas. Los solteros deben recordar que aunque el matrimonio en la Biblia es una fotografía de Cristo y su iglesia(los que creyeron en el), la soltería también es una fotografía de la espera paciente de ese encuentro futuro. No debemos en la soltería ni tampoco en el matrimonio pensar que nuestro conyugue nos dará el sentido que necesitamos, eso solo puede ser dado por Cristo. Cristo es realmente el verdadero conyugue que murió por su esposa para limpiarla y presentársela sin mancha.

El matrimonio o la soltería son menos importantes que el tener una relación personal con Cristo, un lazo de amor que fue sellado con sangre. Ya sea que procuremos el matrimonio o que reconozcamos el don de la soltería dentro de nosotros, necesitamos la gracia de Dios para vivir de la forma más plena posible ambas etapas.

Además de que si en verdad hemos creído en Dios y somos sus seguidores, entonces entendemos que nuestra vida no nos pertenece. Tienes un Señor en tu vida. Nuestra vida es de Dios, porque Jesús nos compró con su muerte. Como solteros, tenemos la tendencia de separar el área de romántica de nuestra relación con Dios. Pensamos que ese tema romántico lo debo de manejar yo. Pero debes entender que, Él quiere tu corazón. Y lo quiere por completo. Que le interesa nuestra relación con él, de hecho él quiere ser el primero en tu vida, antes que cualquier persona o pareja. Si valoramos la atención de un hombre o una mujer más de lo que valoramos el tiempo con Dios , hay un problema con nuestras prioridades.

Hasta que no reconozcas el regalo de la soltería, es muy probable que dejes de aprovechar las increíbles oportunidades que la misma te presenta. La soltería es un regalo de Dios, es una bendición de Dios que debes disfrutar al máximo. Como soltero tienes la libertad ahora mismo de explorar, estudiar y conquistar el mundo. Ningún otro momento en tu vida te ofrecerá estas oportunidades.

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